TEO TORRES SE PREGUNTA: ¿Y qué  es lo quiere  Frank R. Rainieri?

POR TEO TORRES / Periodista y abogado

El señor Frank R. Rainieri, presidente de la empresa desarrolladora de proyectos turísticos Grupo Punta Cana, es descendiente directo en ambas líneas, padre y madre,  de  familia italiana.

A los italianos, en su mayoría, les corre en la vena una sangre que lo induce a tener  una personalidad muy  extrovertida, beligerante, yoísta que le permiten creerse estar por encima de los demás.

Exactamente esa es la personalidad que siempre ha caracterizado a quien se ha vendido como el Cristóbal Colón de la zona de Punta Cana.

Cuando  Frank R.  Rainieri, dice esto es así, siempre quiere imponer que sea así, aunque todos los demás, incluyendo el presidente de la República, estén en desacuerdo con su postura intransigente.

En cierto modo, las autoridades del gobierno lo han mal acostumbrado a todas sus ñoñerías y caprichos respecto a cualquier iniciativa propia, y más si son proyectos de desarrollo turístico que son de su muy jugos y exclusivo interés.

Ningún otro grupo económico nacional o extranjero puede desarrollar proyectos de la misma naturaleza que la que él impulsa en las zonas costeras Macao-Bávaro-Punta Cana si no cuenta con su bendición, de lo contrario ejerce todas clases de influencias y maniobras en la estructura de poder para boicotear la ejecución de tales iniciativas.

Por mucho tiempo  ha  mantenido a  cualquier precio  esta hegemonía, en connivencia  con  el sector  enquistado en  el poder,  porque oportunista como el señor Frank  R. Rainieri , nadie en este país.  Nunca ha nadado en contra de la corriente.  Sabe perfectamente  alinearse con  todo el que está  o con  quien va  para la dirección  de las cosas públicas.

Es un verdadero y auténtico camaleón. Cambia de color, según el momento oportuno y  circunstancial.  Eso lo practican muchos  empresarios y otras personas oportunistas.  En resumida cuenta, lo único que procuran son ventaja y protección de sus intereses, no importa el rol que tenga que jugar.

Así las cosas, haciendo honor  a su personalidad, propia de  su sangre italiana, el señor Frank R. Rainieri, ha liderado una feroz y tenaz lucha campal, en procura de frustrar a toda costa y a  cualquier  precio la  construcción  del  Aeropuerto Internacional de Bávaro, iniciativa del también poderoso grupo económico ABRISA.

En esta oportunidad, al llamado padre  del turismo en la región Este le ha salido    “el tiro por la culata”. Pues como se alineó temprano al sector político que se proyectaba con notoria vocación de poder, como es su costumbre, el hasta el domingo 16 de agosto presidente de la República, Danilo Medina, se la vengó  y  tras el  PLD haber perdido las  elecciones  frente al PRM, entonces  emitió — al echarse la paloma — el decreto que autoriza la construcción  de la terminal aeroportuaria.

Ante  esta  decisión de Medina, el  presidente del Grupo Punta Cana y  propietario  del Aeropuerto Internacional Punta Cana, “ha pegado el grito al cielo” y está desplegando cuantas acciones  crea pertinentes en todos los  escenarios  para  evitar  que el Grupo ABRISA  construya  el nuevo Aeropuerto Internacional de Bávaro.

Frank R. Rainieri  ha  apoderado de una instancia a la Procuraduría Especializada  de Persecución de la Corrupción Administrativa (PECA), alegando la comisión  de  actos  de corrupción en las  emisiones  de los  permisos que  autorizan la  referida construcción de dicha terminal aeroportuaria, liberando al Grupo ABRISA  del pago de unos impuestos por 15 años.

Eso está muy bien que se investigue minuciosamente y se ponga a pagar los  impuestos correspondientes.

Pero, también es correcto que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) fiscalice y determine si el Grupo Punta Cana, propiedad de Frank R. Rainieri, está honrando fielmente conel pago de los tributos que le corresponde.

Eso no es nada.  Si ese emporio empresarial no ha cumplido con el rigor que la Ley tributaria dispone informando a la DGII respecto a sus actividades económicas de los últimos meses, nada impide que lo haga.

Quien exige transparencia en actuaciones de otros, también debe ser transparente, asimismo.  ¡La que va viene!

Lo correcto y pertinente es que las actuaciones de ambas empresas sean fiscalizadas y que  esos impuestos  que han dejado de pagar una  y otra los mismos sean honra dos, porque muy bien el gobierno que ha empezado a dirigir el licenciado Luis Abinader Corona, necesita  esos recursos económicos en medio de la  grave crisis sanitaria que nos azota. .

¿Y qué empresario es éste?

 

 

 

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