GIANNA SANGIOVANNI / «Solo pasaba por aquí»

POR DENIS MOTA ÁLVAREZ

¡Oh, Dios! El pasado 31 de enero se cumplió el primer aniversario de la partida de la amiga Gianna Sanguionanni y, probablemente, muchos amigos, amigas y excompañeros de labores pasaron la fecha por alto, que es la peor muerte de un ser humano: ¡El Olvido!

¿Quién fue …?

Gianna fue una de las impulsoras de la fundación de Profamilia, en aquel vetusto edificio de la 30 de Marzo 52, al lado del Palacio Nacional y casi al frente de donde mataron en el asalto al Palacio Nacional —el 19 de mayo de 1965—, al Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, Juan Miguel Román, Euclides Morillo, al italiano Illio Capocci, en plena Guerra de Abril de 1965.

Allí comenzó la aventura de Profamilia, una organización que nació como una adolescente poco inocente y a veces alegre y casquivana, fruto de una reunión donde pusieron su grano de arena los pastores norteamericanos Donald Dodd, su esposa Anabel y el reverendo Alejandro Figueroa, de la iglesia Evangélica Dominicana. El peso institucional recayó (hombro con hombro, mujer y hombre) en el doctor Orestes Cucurullo (a quien nunca nadie ha reconocido), Magaly Caram y Gianna Sangiovanni.

Gianna fue una pionera en la planificación de los servicios para la salud sexual y salud reproductiva, codiseñadora de la concienciación sobre la importancia de la planificación familiar para hacer posible el acceso a los métodos anticonceptivos, principalmente entre mujeres y hombres de barrios urbanos marginados y áreas rurales (donde pensaban que tomar un Mejoral antes de, servía para impedir la concepción y usar condones invitaba a la infidelidad femenina); y para elevar la conciencia de los grupos de decisión y opinión del país sobre la estrecha relación entre el crecimiento poblacional y el desarrollo.

Gianna vivió toda su trayectoria de vida con un perfil bajo y un vuelo alto: ¡tanto real como simbólico! Viajó por el mundo, representando a Profamilia y a la República Dominicana, en foros internacionales, donde defendió los derechos humanos, la equidad de género, la educación sexual y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y el VIH/SIDA.

Gianna, sin ruidos ni amplificadores, fue parte medular de la historia de la República Dominicana en el significativo cambio que en 50 años redujo la tasa de natalidad de 45.95 en 1966 a un 18.86% en 2020; y el índice de Fecundidad (número medio de hijos por mujer) gracias a los programas de planificación familiar, cayó de un alto 6.90 hijos a 2.3 en 2020.

Una mujer alegre, trabajadora y solidaria

Gianna no solo fue una profesional brillante, sino también una mujer alegre, trabajadora y solidaria. Pequeña, gordita, de pelo corto, fumadora, le gustaba disfrutar de la vida, de la música, de la comida, de los amigos, de los “bonches”. Pero también era adicta al trabajo, siempre dispuesta a colaborar, a innovar, a aprender, a enseñar.

Gianna creció profesionalmente a la par del crecimiento de Profamilia: estudió economía en INTEC; administración de empresas en APEC y una maestría en planeamiento urbano, en Chile. Conocimientos con los que contribuyó «a sembrar a favor del respeto a los derechos humanos y de hacer accesibles los servicios de salud para las personas de menos recursos económicos».

Gianna fue una amiga, una mentora, una inspiración para muchos de nosotros, que tuvimos el privilegio de compartir con ella momentos inolvidables, de aprendizaje, de trabajo, de diversión, de solidaridad. Gianna fue una mujer que amó la vida y que la vivió intensamente, hasta el último día.

El pasado 31 de enero de 2023 se fue al otro lado de la vida porque ella «solo pasaba por aquí», diría el cantante Luis Eduardo Aute. Pero nos dejó un legado de amor, de lucha, de esperanza. Nos dejó un ejemplo de cómo se puede hacer la diferencia en el mundo, con humildad, con pasión, con compromiso.

Gracias, Gianna, por todo lo que nos diste. Te recordaremos siempre. Descansa en paz.

 

 

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