POR J. ESTÉVEZ ARISTY / La tasa cero y los números electorales
POR J. ESTÉVEZ ARISTY
El flanco débil del gobierno de Luis Abinader Corona, no es otro que la llamada Inflación. Esta señora insensible y de escrúpulos muy caros, cuando no acaba gobiernos antes de tiempo, lo hace en las elecciones evaluativas, consulta electoral que en nuestro país se hace cada cuatro años.
El PRM ganó las elecciones del 2020 con más de un 51 por ciento de los votos emitidos, dejando muy corta la puntuación del PLD, de la Fuerza del Pueblo y la de otros partidos con candidaturas presidenciales independientes.
Aunque Luis Abinader y su gobierno se mantienen en la primacía electoral, no es menos cierto que su popularidad ha disminuido por dos razones fundamentales: las secuelas de la pandemia Covid 19 y las consecuencias financieras de la guerra rusucraniana.
El PLD y la Fuerza del Pueblo, saben de las consecuencias sociales que acarrea la inflación y tratan de pescar en río revuelto, oponiéndose a la tasa cero. ¡Ay, ñeñe! ¡Ay, tonto! ¡Ay, cañajo!
Consciente del alto costo político que genera el alto costo de la vida, el gobierno de turno ha tomado la iniciativa para revertir esa situación y poner a la gente a comer barato y a bailar bachata con su barriga llena y su nevera repleta.
Se trata de haber logrado que el Congreso Nacional aprobara urgente un proyecto de ley que persigue reducir a tasa cero 67 productos de la canasta básica de manera temporal, a fin de proteger a la población en estos momentos de crisis internacional, evitando la escasez y manteniendo a rayas los principales productos de consumo popular. La promulgación de esta ley es pan comío.
El resultado de esta medida no sólo pondrá al pueblo a comprar a precio de vaca muerta los productos de primera necesidad, sino que motivará a ese mismo pueblo a devolver en simpatías electorales su gratitud hacia Luis Abinader, su gobierno y hacia el partido que lo llevó al poder con tan abrumadora mayoría.
Si no hay un cambio en el panorama internacional y estas medidas se mantienen, el PRM verá la llegada del 2024 como el hombre feliz que no tenía camisa, pero que estaba contento porque no pasaba hambre ni él ni los suyos.
La oposición enfrenta a esta jugada maestra del Gobierno de Luis Abinader, porque a ella le conviene que baje la simpatía de los que dirigen la cosa pública hasta límites deplorables.
Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente, y Luis Abinader y su gobierno ni quieren estar en medio de la turbia corriente de la inflación, ni quieren dormirse ante la sed desmedida de poder, de un PLD y de una Fuerza del Pueblo de tan corrupto manejo económico.
La carta de triunfo del gobierno, enmarcada en un Ministerio Público independiente, perseguidor de los corruptos morados y pronto de los gatos del color verde intenso, parece que no se topetará con la desgracia de la inflación galopante, desbocada y sin control que le baja punto a su simpatía poblacional. ¡Ay, ñeñe, desacreditados opositores!
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