Por J. Estévez Aristy

El escándalo de los papeles de pandora, el cual involucra a mandatarios presentes y pasados, tiene tres elementos punibles de primer orden que van ligados entre sí: el secreto empresarial, la evasión de impuestos y la intención delictiva.

Ninguno de estos tres elementos son aplicables en el caso específico del presidente de la Republica Dominicana, Luis Abinader Corona.

Esto así, porque al darse a conocer su declaración patrimonial, como es de ley, su compañía familiar ‘Offshore’ y otra donde se le vincula como accionista, aparece detallada de antemano y revelada mucho tiempo antes del estallido del escándalo.

De ahí que si de carga impositiva se trata, la declaración patrimonial presidencial rompe el entramado punible del delito financiero y echa al suelo sus tres elementos constitutivos.

El paraíso fiscal en su caso, no fue usado con propósitos malsanos, sino con un fin operacional para facilitar el mejor y más ágil funcionamiento externo. A organismos especializados gubernamentales, le corresponde, pues, hacer su papel frente a la revelación y comprobar la regularidad y funcionamiento normal de las operaciones financieras de la familia presidencial y de Luis.

Algo a favor del presidente Abinader, es que en suelo patrio ésta empresa familiar paga impuestos, sin intención evasiva que presumir ni censurar.

De modo que si no hay violaciones fiscales, no hay delito económico a resaltar ni a juzgar.

Luis Abinader está tranquilo, con la seguridad de que el brazo de la justicia no lo tocará ya que no se puede juzgar la inocencia de un mandatario que antes de producirse este macro escándalo internacional, el oscuro charco de la corrupción no había enlodado sus manos.

A manos limpias llegó al gobierno y el pueblo que votó por él sabe que así saldrá. El mayor patrimonio que le endosó su padre Rafael Abinader, fue la pulcritud.

Luis Abinader no tiene necesidad de evadir impuesto ni tocar un níquel del erario publico, pues no lo necesita y su honorabilidad lo rechaza.

Revelar la existencia de esa empresa califica al primer mandatario dominicano como un hombre transparente, digno de ser emulado y no como un tramposo vulgar de contrario color político, derrotado en las urnas del 2020 por uso a granel de mañas y artimañas.