POR JUSTINIANO ESTÉVEZ ARISTY  / En hora buena Domicana Lee

Por J. Estévez Aristy

Dominicana Lee es el programa lanzado por el Ministerio de Educación para implementar la lectura dentro de las familias dominicanas.

Libros cerrados, no leídos, ignorancia abierta de par en par.

En el auditorio Juan Bosch de la Biblioteca Nacional, ese día memorable del lanzamiento, se escogió a una familia símbolo y se le entregó una bolsa de libros.

Duarte, cuando regresa del extranjero en una fecha en que los historiadores no concuerdan, trae dos maletas: una con su equipaje y otra repleta de libros.

El Padre de la patria fue un gran lector y nos manda a leer con su ejemplo, para superar las grandes lagunas de nuestros desconocimientos.

Luego de este memorable acontecimiento, la prensa daba cuenta de que el Ministro de Educación, Roberto Fulcar, anexaba a dicho proyecto la formación de Clubes de lectura en todo el territorio nacional.

Antes de estos dos lanzamientos en pro de la lectura de los libros impresos y digitales, la Junta Cultural Dominicana, el Club Andrea Evangelina Rodríguez Perozo y Editorial Santuario unieron fuerzas un domingo en la mañana, justo en la glorieta del parque Juan Pablo Duarte de San Rafael del Yuma, para convertir a este municipio en el primero del país con más familias lectoras.

Antes de ello, Editorial Santuario, en la persona de Isael Pérez y Oneida González, minaron las redes sociales con clubes de lecturas, en su gran mayoría, funcionales.

En la foto, Heberto Giordano Castillo, Isael Pérez, Luisemil Castor y quien escribe, dimos pasos culturales y educativos que hoy son reproducidos por el Ministerio de Educación, con algunas variables, claro está, pero de forma satisfactoria.

Todo ello es motivo de mucho festejo y orgullo.

Estas tres instituciones, no hay que consultarlo, se suman a esta revolución cultural implementada por el Ministerio de Educación de forma automática, por el hecho de colindar con propósitos fundamentales antes previstos.

El que suma no resta ni divide, pues multiplica con su positividad. Ojalá el virus divisionista y grupal no mate la unidad de los escritores participantes.

Editorial Santuario, pies y alas del libro y del escritor dominicano, tiene mucho qué ofrecer, dada su consistencia y experiencia en la materia. En definitiva, su experiencia en éstos menesteres no se puede eludir ni rechazar, solo hay que aprovecharla al máximo con la gratitud en el pecho y el corazón.

En ese mismo orden, sin temor a equivocarnos, Dominicana Lee constituye una de las iniciativas más trascendentes del actual gobierno.

El país debe darle un fuerte aplauso a Avelino Stanley Rondón, a Luis R. Santos y al Ministro de Educación, Roberto Furcal, por formar una tríada cuya trascendencia cultural ya se vislumbra.

Aplausos a los escritores que se han desplazado a varias provincias del país a sembrar la semilla fecunda de la lectura como motor del desarrollo individual, familiar y social.

Felicidades a Editorial Santuario por la idea original de los clubes de lectura, hoy a implementar por el Ministerio de Educación desde Yuma a Pedernales.

En hora buena Domicana Lee, frente al deterioro del lenguaje de exponentes urbanos de última degradación que nos avergüenzan ante el mundo, dejándonos boquiabiertos.

Leer rima con saber. Y el libro, a llevar al seno de los hogares dominicanos, tiene tres letras y una vocal de libertad.

Festejemos, pues por hoy, mañana y por siempre y sintámonos orgullosos de que nuestro escudo nacional tenga en su centro un libro abierto, con una liberadora inscripción.

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