Española María Gombau, la activista hippie acusada de asesinar a sus hijos creía que Dios le pidió matarlos
La presunta parricida de Godella no tomaba la medicación para tratar un trastorno mental y creía que sus hijos estaban poseídos. Psiquiatras forenses coinciden en que María Gombau actuó en medio de un brote psicótico.
«Los cuentos de hadas siempre acaban bien, pero la magia está en el no pecar». Eso cantaba Gabriel Salvador, el padre de los dos niños asesinados y enterrados en Godella (Valencia), mientras María Gombau, la madre graba el vídeo para subirlo a redes sociales acompañado de un «Te amooooooo, gracias».
Hoy los dos están detenidos y a la espera de pasar a disposición judicial por el asesinato de sus dos hijos, el pequeño Amiel, de tres años y medio, y Rachel, de cinco meses. Acabaron con su vida a golpes y fueron hallados enterrados en el entorno de la casa en la que vivían como okupas junto a una urbanización de lujo en Godella (Valencia).
Supersticiones, creencias extrañas y consumo de drogas caracterizaban su día a día, por lo que era la madre de María quien vigilaba que los niños estuvieran alimentados e incluso alertó a los servicios sociales de su situación.
La pareja llevaba una vida hippie en una casa insalubre, medio derruida, sin luz ni agua ni enseres adecuados para criar a dos bebés. Era su forma de protestar contra el sistema. Ahora es el sistema el que se prepara para actuar contra María, en el caso de que un psiquiatra forense del Instituto de Medicina Legal determine que su capacidad volitiva no está lo suficientemente capacitada para prestar declaración e, incluso, para ser imputada penalmente.
Las cuatro exploraciones psiquiátricas a las que María Gombau fue sometida en las horas y semanas siguientes al asesinato de sus hijos, Amiel e Ixchel, en Godella, Valencia, el pasado mes de marzo, confirman que la mujer, en prisión provisional como presunta autora del crimen, sufrió un brote de locura en el momento de los hechos.
Tranquila en esta foto, María Gombau actuó en medio de un brote locura.
Fuertemente medicada desde que fue detenida el 14 de marzo y, según fuentes próximas al caso, en un progresivo proceso de reconexión con la realidad en la enfermería de la cárcel de Picassent, Gombau afirma ahora que no recuerda qué sucedió. Y por momentos, añaden las fuentes, se muestra aplastada por la culpa que implicaría haber sido ella efectivamente quien los mató.
Si en el juicio se acepta que sufrió un brote de locura, tras la presentación del dictamen forense definitivo, y que este fue lo suficientemente fuerte como para impedir su capacidad de entendimiento y de tomar decisiones, “se le aplicaría una exención de responsabilidad penal por alteración psíquica”, indica Juan Carlos Carbonell, catedrático de Penal en la Universidad de Valencia.
María, con familia acomodada, se consideraba una antisistema. Ecologista capaz de criticar la tala de árboles, se mostraba muy sensible con las reivindicaciones de los pueblos indígenas sudamericanos y había tomado parte activa en las protestas del movimiento 15M, lo que le llevó a ser juzgada y condenada a trabajos sociales.
La imagen que acompaña estas líneas fue tomada el 9 de junio de 2011 durante una protestas de las organizaciones del movimiento 15M, con el que María ha estado siempre muy implicada. Junto a un grupo de indignados, María protestaba en las inmediaciones de la sede de las Cortes Valencianas con motivo de la constitución del Parlamento autonómico tras las elecciones que ganó Francisco Camps por mayoría absoluta pese a estar imputado en Gürtel.
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