POR TEO TORRES / Tolerancia cero con los corruptos
En la pasada gestión de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que encabezó el señor Danilo Medina, muchos de sus funcionarios cayeron en el más vil y perverso nivel de degradación moral que se conozca en la historia desde la fundación de la República.
La corrupción en la administración pública pasada se propagó a todos los niveles, tanto así que muchos funcionarios entendieron que su misión era hacerse de dinero para sí, no importa la vía que tuviesen que utilizar.
Se convirtieron en una verdadera cuadrilla de asociación de malhechores enquistada en la estructura del poder gubernamental, para colmo con la mirada indiferente de su jefe Danilo Medina.
Actuaron como gato boca arriba y desde la función que desempeñaron en el gobierno del PLD fomentaron una inconmensurable fortuna que no la brinca cualquier chivo.
No encuentran dónde meterla y ahora desesperadamente están buscando “presta nombre” para disfrazarla.
Esos facinerosos, perversos y traidores morales actuaron a sus anchas y creyeron que su jefe político los había blindados para que en la posteridad la sociedad dominicana, a través del brazo implacable de la justicia, no los persiguieras, enjuiciaras y condenaras por sus bochornosas y abominables malas prácticas.
Como principio de condena a esas perversidades, los dominicanos mayoritariamente los castigó votando en la pasadas elecciones del 5 de julio del 2020 en contra de ese estado de cosas.
En las urnas se le dijo un NO contundente a la continuación en la dirección del Estado a la nefasta y frustratoria propuesta ofertada por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su otrora líder Danilo Medina.
Ya habiendo sido desalojados deshonrosamente del poder, los rectores del órgano de justicia persecutor de las acciones delictivas se apresta a encaminar investigaciones exhaustivas de todas las actuaciones atribuibles a esos personeros peledeístas que hoy se pavonean haciendo gala de sus inmensas e invaluables fortunas acumuladas desde la función pública que desempeñaron en el pasado gobierno.
Son muchos que antes de ocupar una función pública eran descamisados de solemnidad y que hoy son multimillonarios, incluyendo algunos del patio, que están en el mismo centro del “ojo del huracán”.
El deseo de que haya sanción ejemplarizante, enviando a la cárcel, a esos perversos es un verdadero sentimiento colectivo de los dominicanos.
Pero, no solamente que sean enviados a la cárcel por su inconducta, sino que, además, les sean incautados todos cuantos bienes materiales que posean y no puedan justificar.
Hay que ser inflexible en contra de estos malos dominicanos. La cultura de la corrupción en la estructura mental de los perversos hay que pulverizarla de una vez y para siempre.
Y para ello, en buenas manos está el pandero, bajo la égida de la Magistrada Procuradora General de la República, doctora Mirian Germán Brito.
A la cárcel los corruptos!
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