POR TEO TORRES / ¡Los corruptos a la cárcel!

La mayoría de los dominicanos acudieron a las  urnas el pasado  5 de  julio 2020, animados y entusiasmados profundamente en producir  UN CAMBIO  radical  en el rumbo  de la  administración pública, bajo  la dirección  del presidente Danilo Medina y su  hueste perversa y corrupta.

De todos los procesos electorales, desde  que  tengo uso de razón, para escoger  nuevas  autoridades  nacionales  de la Nación,  los de 1978 y los de ahora del 2020 han sido los más concurridos.

Lejos de pensar en cualquieras  otras promesas, se  procuró el cambio de los rectores de las cosas públicas, ante el inmenso  deseo de  que los funcionarios de la  administración de Danilo Medina, que se enloquecieron  e hicieron de los recursos del erario público una verdadera piñata para ellos hacerse multitetramillonarios  sean  traducidos a los tribunales de justicia..

Los dominicanos, ante todo, lo que anhelan es una verdadera y bien ponderada justicia, consecuentemente, envíen a la cárcel a esos perversos y corruptos que se burlaron del pueblo con sus malas acciones  desde las funciones que desempeñaron.

Cuando los  seres  humanos  nos  sentimos burlados, cuando los que dirigen las cosas públicas nos sacan las lenguas sin ningún desparpajo desde las  alturas del poder , esa actitud  genera  tensión e iracundia en  los gobernados.

Esa fue la práctica perversa y dañina que se  enseñoreó en la altura del  poder  en el gobierno de  Danilo Medina, en donde las bases del Partido de la Liberación  Dominicana (PLD) y el pueblo llano  recibió los pisotones  y humillaciones más despiadados  que se haya conocido de la dirigencia de esa organización política enquistada en el poder público.

Muchos  de esos funcionarios  se  enloquecieron hasta perder el juicio y  sólo estaban concentrados en acumular grandes riquezas para sí hasta  hacerse  multitetramillonarios, al punto de que hoy no encuentran qué hacer  con   las grandes fortunas  que poseen.

Hoy, esos tutumpotes peledeístas, ayer verdaderos y auténticos descamisados y arrastrapanzas, le estrujan en la cara  al pueblo, sin ningún miramiento, sus invaluables fortunas.

Hastiado de tantas burlas de esos engreídos, prepotentes, ingratos   y  perversos millonarios del nuevo cuño,  la  mayoría  de los dominicanos,  en las pasadas elecciones  del 5  de  julio del 2020,  les  dio  su  merecido y los desalojó  de la   dirección del  Estado.

En  el gobierno de Danilo Medina, se  formó a  lo largo y ancho de todo  el país  la más auténtica, verdadera e  inimaginable  estructura mafiosa conocida en la historia Repúblicana, y en los actuales momentos no hay forma alguna de que esos personeros puedan justificar por ninguna via la procedencia  del cuantioso patrimonio  que exhiben  a las luz de los  ojos de los dominicanos.

Respecto a Higüey, el caso más ilustrativo y evidente lo constituye  el  Procurador General adjunto de la República  Lucas  Evangelista Pérez José, quien nunca, pero absolutamente nunca, podrá justificar la multimillonaria fortuna acumulada desde las posiciones que ha ocupado en el Ministerio Público, desde agosto del 2004 hasta la fecha, y que hoy   exhibe sin rubor y desparpajo frente a quienes le conocemos desde que llegó a Higüey, en 1980, procedente del paraje de Bonilla,  Distrito Municipal de Nisibón.

El doctor Jorge A. Subero Isa, expresidente de la Suprema Corte de Justicia,  al ser  entrevistado en  el programa El Despertador  de SIN,  dijo que  en este país  un juez,  ni un fiscal  podrá hacerse rico en base al salario que percibe, amén de que  aparte de esas funciones la  ley sólo le permite  impartir  docencia.

No obstante,  la cuantiosa  fortuna  de Lucas  Evangelista Pérez José, no la brinca cualquier chivo, y lo único que ha hecho en su vida es ser miembro del Ministerio Público.  ¡Tremendo mago de la economía es el hombre!

Así  como este señor hace gala  de  su fortuna, adquirida desde  una función pública en el Estado, a lo  largo y ancho de  todo  el país, existen muchos  otros casos.

Felizmente, ha  llegado  el momento clave y oportuno para  que los  dominicanos, ahora que esos malos dominicanos estarán fuera de la  estructura del poder político, podamos querellarnos penalmente en su contra por prevaricación  y demandar  ante los tribunales de justicia   que  rindan cuentas  de  sus  actuaciones  y digan  de dónde diablos lograron  sacar  tanto  dinero para engrosarlo a su patrimonio.

Eso es lo que  espera el pueblo dominicano, ni más ni menos.

El autor es abogado y periodista

 

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