POR TEO TORRES / ¿Por qué NO, al nuevo aeropuerto de Bávaro, señor Frank R. Rainieri?

Cuando el señor Frank R. Rainieri, presidente del ahora emporio empresarial Grupo Punta Cana, saltó a principios de los años ‘80  con la idea de construir un Aeropuerto Internacional en  zona costera, casi  nadie creyó en esa iniciativa. Y él sabe que es así.

Muchos higüeyanos, pesimistas  al fin, llegaron  a decir que el atrevido y hombre de mucho vuelo mental estaba loco. Parafraseando al extinto líder político mundial doctor Fidel Castro Ruz, la historia lo absorvió.

En la actualidad, sin embargo, el Aeropuerto Internacional de Punta Cana se ha convertido en el más importante de República Dominicana, y uno de los diez de mayor trascendencia de América Latina.

Frank R. Rainieri, hombre visionario a 200 años luces por encima del hombre dominicano común, más que es de origen europeo y que ha viajado por todo el mundo desde que nació, hijo de padres italianos y forjado mentalmente en medio de los negocios  de la hotelería y el turismo, sabe perfectamente  qué es lo que quiere.

Muy emprendedor, pero poseedor  de una personalidad vorazmente ambiciosa y  egoísta  y se cree en el gran superhéroe que hay que hacer lo que exactamente su pensamiento conciba.

El excelente desarrollador turístico de la zona costera de Punta Cana, se opuso radicalmente a la costrucción de un complejo hotelero turístico en la playa Macao, sencillamente porque esta obra constituye un modelo  más atractivo  para los visitantes extrajeros y muy competitivo a las ofertas habitacionales que existe en la zona.

Ahora, el llamado “padre  del turismo de la región Este” se destapa con una oposición también rabiosa y pertinaz en contra de la construcción del Aeropuerto Internacional de Bávaro, motorizado y promovido por el Grupo ABRISA de la familia Hazoury.

Frank R. Rainieri, solamente cree en los proyectos y obras que él  y su grupo empresarial conciben y se opone a todas las iniciativas de cualquieras otros, más si vienen a  hacerle competencia en el mercado en que se desenvuelve.

Cuando muy bien surgió con la iniciativa  del Aeropuerto de Punta Cana, en principio aeródromo, es decir, una pista para aterrizaje de avionetas de vuelos domésticos, la mayoría pensábamos que se trataba de una obra quimérica a ejecutarse en lo que en esa época era una zona inhóspita. Frank R.  Rainieri  tenía razón y los  frutos  están  a la vista de todos.

Sin embargo, ahora se opone a que otros grupos  empresariales desarrollen obras  de iguales naturaleza. Pero, por qué, mi querido Frank?    

También esas obras redundarán en beneficio del desarrollo económico de nuestra provincia La Altagracia. Y esos es lo que queremos todos.

En lo que sí estoy de acuerdo es que debe  regularse y enmarcarse en la norma legal  es la concesión otorgada por el gobierno de Danilo Medina, para construir el referido Aeropuerto Internacional de Bávaro.

Esa autorización al vapor emitida mediante decreto presidencial para levantar la referida obra portuaria en  la zona de Bávaro, debe ser revisada  exhaustivamente por  las próximas autoridades del   gobierno que encabezará el licenciado Luis R. Abinader Corona.

Ahí en ese decreto hay algo que huele mal, más que fue emitido al echarse la paloma de un gobierno salpicado de tantos escándalos de corrupción, sin precedente en la historia de la República Dominicana.

Pero, de que se puede construir ese nuevo aeropuerto en la zona de Bávaro, sí se puede construir.

Ahí, señor Frank R. Rainieri, usted no tiene razón. Usted siempre nos ha dicho a los higüeyanos que la locomotora del desarrollo económico nunca puede detenerse.

¡Muchos  abrazos!

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