En España se frena a la derecha extrema: Las opciones del PSOE para formar gobierno

POR FERNANDO FERNANDEZ DUVAL

El domingo último, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Pedro Sánchez, ganó las elecciones generales en España con unos resultados que le obligarán a pactar con otras formaciones políticas para formar gobierno, tal como está establecido en el sistema político español.

De acuerdo al órgano electoral español, el PSOE logró 123 diputados, en un congreso con 350 escaños, tras conseguir 28,69% de los votos, sobrepasando los 84 legisladores obtenidos en las elecciones anteriores, es decir, con una subida de 39 diputados, equivalente al 31,70%.

Para formar gobierno el PSOE requerirá una cantidad de 176 diputados, faltándole 53.

Por su parte, el Partido Popular (PP) de factura derechista obtuvo su peor votación con 16,69% de los sufragios, con 66 diputados, lo que representa una caída de 71 diputados de los 137 que obtuvo en las pasadas elecciones, equivalente a 51,8%.

Ciudadanos, de ultraderecha, obtuvo una votación de 15,9% y 57 diputados; Unidos Podemos, de izquierda, obtuvo el 14,3%, con 42 diputados; el ultraderechista Vox el 10,3%, con 24 diputados; otros, 10,1% con un total de 23 diputados

En ese panorama, Sánchez podría disponer de un abanico de opciones para contemplar los 53 diputados faltantes para formar gobierno, que van desde partidos de la ultra derecha, pasando por los de la izquierda, los nacionalistas y/o separatistas, pero para obtenerlo, requerirá de una negociación.

Veamos los proxis desde el punto de vista político e ideológico del PSOE con el resto de los partidos españoles que obtuvieron escaño en el congreso de los diputados y los posibles escenarios para negociar con algunos de ellos.

Si Sánchez, el PSOE y PP pactaran, les sobrarían 7 escaños para formar gobierno, pero ambos partidos presentan dificultades, más en la forma que en el contenido programático e ideológico y en el objetivo táctico, pues el PSOE y PP coinciden en la defensa de la unidad de España, la monarquía, la libre empresa, el sistema laboral, la educación, la seguridad social, las pensiones y jubilaciones y su vínculo con la política exterior de Estados Unidos.

En cambio, las diferencias entre PSOE y PP están marcadas en la forma de abordar esos problemas, pero el escollo principal es el propósito  que tiene el PP de convertirse en la principal fuerza opositora al gobierno de Sánchez; que se disputará con Ciudadanos, en una lucha que parece a muerte por la supervivencia y el liderazgo en el espacio de la derecha española.

La portavoz del PP, Inés Arrimada, ha explicado pocas horas después de celebrada las elecciones, que “No habrá ningún tipo de negociaciones para un gobierno. Ningún tipo de negociaciones para una investidura”.

Con Unidos Podemos las diferencias del PP están mucho más marcadas respecto al tema soberanista y la unidad de España, laboral, educación, pensiones y jubilaciones más favorables para los trabajadores, la reforma constitucional para beneficiar, entre otros temas, la revisión del Estado monárquico y una política exterior menos dependiente hacia Estados Unidos.

Con esas diferencias, el único punto que pudiera estimular a Unidos Podemos a firmar un acuerdo con PSOE es detener el empuje de la derecha, aunque este puede ser, en buen dominicano, un gancho que también podría perjudicarlo, ya que los costos de desavenencias por venir también le caerían encima a Unidos Podemos.

Pero de todas maneras, de firmarse un acuerdo con Unidos Podemos, a PSOE le faltarían 11 diputados, lo que obligaría a Sánchez a negociarlos con otras formaciones políticas; lo que muestra que el plato a ofrecerle a Unidos Podemos tendría que compartirlo, obligándolo a buscar acuerdos con formaciones más homogéneas con Unidos Podemos.

En el caso de Vox, las diferencias son abismales con PSOE. Vox es un partido de la ultraderecha española de corte franquista. Descarto la posibilidad de un acuerdo con esta formación política, aunque José Luis Abalo, del PSOE, ha defendido la disposición de su partido para dialogar con todos los grupos. “No renunciaremos a nada de antemano”, ha dicho.

Mientras que frente a ese panorama incierto, la actual vicepresidenta del gobierno en funciones, Carmen Calvo, ha asegurado en la cadena SER que “el PSOE va a intentar un gobierno en solitario”.

El propio Sánchez, en su primera aparición en público después de las elecciones, frente al rechazo de sus simpatizantes que le pedían a coro que no llegara a acuerdos con PP y Ciudadanos, enfáticamente dijo: “No cerraremos las puertas a nadie…”

Por el momento, así podrían andar las dificultades de Sánchez para formar gobierno. Parece que podría intentarlo en solitario, como apuntó Carmen Calvo; casi seguro que esta modalidad se le haría dificultosa y en cambio posiblemente tendría que buscar acuerdos de gobernabilidad con algunas de las formaciones políticas con las que tiene mayor coincidencia. De no conseguirlo, tendría que convocar a nuevas elecciones, y me parece que ese sería un riesgo… ante un electorado inconstante.

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