¿Habrá una erupción de una nueva crisis económica global?
FERNANDO FERNÁNDEZ DUVAL
El 2018 sirvió de referencia para pronosticar la posibilidad de la emergencia de una crisis económica sistémica global, diez años después de la crisis mundial que estalló en el sector de bienes raíces en Estados Unidos y se expandió como lava ardiente al resto de las economías.
Al día de hoy muchos economistas ya no preguntan, ni hablan de esa posibilidad, por el contrario, afirman de que estamos bordeando una crisis financiera y que la incógnita es dónde empezaría a correr primero la lava que brote de la erupción de ese volcán en actividad y en qué momento.
Citando a Esther Miguel Trula, editor senior de Magner en su publicación del 18.9.2018, que recoge el parecer de importantes economistas, cito: “Quienes están diciendo que vamos hacia una nueva crisis, y según ellos, que sector debía explotar”, el escenario está servido para el estallido.
El historiador económico Niall Ferguson, historiador y profesor de la Universidad de Harvard en la edición de Magner de esa fecha, ha afirmado que habrá una nueva crisis, aunque está bastante seguro de que no será una crisis de Estados Unidos o hipotecaria porque no hay dos crisis iguales.
Los estrategas del JP Morgan adelantan a sus inversores que se vayan preparando para 2020 si no ocurre antes. Tomando en consideración sus vaticinios: se viene otra crisis mucho menos fuerte que la anterior, pero hará que caigan los índices bursátiles de Estados Unidos en un 20%.
Por su parte, la presidenta del comité de supervisión del Banco Central Europeo, Daniele Nouy, dijo recientemente en el País 3.3.2018, que lo único que sabía a ciencia cierta es que llegará una nueva crisis financiera, aunque no sabía ni cómo, ni por qué, pero ya hay indicios.
Los datos que llevan a estos y otros economista a pensar en una nueva crisis en 2020 y que tendrá sus manifestaciones iniciales en el segundo semestre de este 2019, son las subidas progresivas de las tasas de interés provocadas por el crecimiento de la deuda global de Estados Unidos, Japón y los países emergentes, la guerra comercial que tienen como rivales a Estados Unidos y China, que reduce el PBI del gigante asiático y a partir del 2019 el de la economía estadounidense, la caída de los mercados bursátiles en 2018 y los precios de los commodity, como el petróleo y las materias primas, el lento crecimiento de las economías de Japón, Unión Europea y Estados Unidos en 2018 que se ralentizarían en 2019, inferior a los años previos a la crisis de 2008, la indefinición todavía de la salida del Reino Unido de la Unión Europea como consecuencia del Brexits, que parece prolongarse más allá del primer trimestre del 2019 y los altos índices de dependencia financiera de los países emergentes, cuyas materias primas amenazan con desplomarse, enturbiando el panorama general.
La causa de la crisis de 2008 y la que eventualmente se avecina se incubó el mismo 26 de noviembre 2008 al colocarle el capital de recuperación a los bancos y a las entidades de intermediación financieras para reiniciar el ciclo de crecimiento siguiente de la economía.
Ese proceso de recuperación lo describió el expresidente dominicano, Leonel Fernández, analizado por el economista y catedrático Daris Javier Cuevas en fecha 11.7.2016 en el periódico Vanguardia del Pueblo, cuando detalló la estructura de la economía global basada en la subordinación de los sectores productivos al capital financiero y al modelo de acumulación de riquezas, dominadas por los capitales bursátiles, según sus propias palabras: “el exceso de liquidez que predomina en la economía mundial, el no uso para invertir en los sectores productivos… sino que son utilizados en inversiones financieras especulativas, que en vez de crear riquezas materiales fundamentadas en papeles comerciales que empujan a la economía mundial de casino”.
En tal sentido entiende “que el seguir una trayectoria de multiplicación de sus activos, el sistema financiero ha generado desequilibrio en la balanza comercial, de la de pago y en la emisión de títulos de deudas”, es decir, a una economía de apuestas, donde hay ganadores y perdedores, como apunta Daniele Nouy, quien lanza la advertencia sobre el chorro de lava que se ve venir: lo que toca ahora es recoger fichas.
A este panorama económico le sumamos para el 2019 el político, que muchas veces caminan de la mano.
En efecto, en 2019 podrían agudizarse los problemas internos del presidente Donald Trump, cuyos opositores amenazan con hacerle un juicio político que podría llevarlo a un impeachment; la incertidumbre de la herencia de la canciller alemana Angela Merker, el arrinconamiento al presidente francés Emmanuel Macron por la imposición de su programa económico neoliberal y el fortalecimiento de la derecha francesa como consecuencia de las protestas de los chalecos amarillos en las calles de París; el rumbo de la guerra en Siria con la salida de las tropas de Estados Unidos, una mayor beligerancia de Turquía y el control de más del 85% el territorio por parte del gobierno de Bashard al-Assad; posibles acuerdos entre las dos coreas y el gobierno de Estados Unidos; el desenlace del conflicto ucraniano-ruso y la amenaza de una intervención de la OTAN; la hoja de ruta que seguirá Rusia como consecuencia del abandono de Estados Unidos del tratado nuclear conjunto; la evolución y el golpeo sistemático al gobierno de Venezuela por parte de Estados Unidos y la Unión Europea y la no descartable agresión militar de gobiernos vecinos; agudización de la crisis en Argentina con la profundización del desarrollo del paquete neoliberal negociado con el FM y ahora en Brasil con la subida al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Estos factores podrían acelerar la crisis económica mundial que ya dio su señal en 2018 con el comportamiento negativo de los mercados bursátiles a nivel mundial, especialmente en las diez bolsas principales de Estados Unidos, Asia y Europa y que desde esos cráteres en 2019 podría encarrilarse a una definición de su posible erupción en 2020, o antes.
Comments are closed here.