El Metálico o Chamán gustaba de ritos satánicos, sabor de la sangre y de cráneos de muertos, ya está preso en S.P. de Macorís

Desde su adolescencia, Víctor Alexander Portorreal Mendoza (El Metálico o Chamán), se interesó por los ritos satánicos, el sabor de la sangre y el uso de cráneos y otros huesos humanos, cuenta la gente de su barrio, La Puya,  Arroyo Hondo.

Lo describieron como callado, misterioso y no compartía con nadie desde que llegó a los nueve años de edad, pero que cuando cumplió los 14 años, conoció a unos amigos heavy metal que lo llevaron a ese mundo. Sin embargo, al cabo de un tiempo estos se salieron “y él siguió con su brujería”, contó uno de ellos.

“A él le gustaba tomar  sangre y hacer rituales, además jodía con brujería. Él tenía el diablo adentro desde niño. Guardaba cráneos y otros huesos humanos debajo de su cama. Siempre tenía una estrella diabólica en su habitación, pero a sus padres no le gustaba ese comportamiento y por eso se ganó muchos golpes”, contó.

“Él quería ser famoso como Enrique Bunbury y por eso aquí lo llamábamos Bulbary”, dijo.

Él tenía una mujer aquí que era metálica como él, pero los padres no querían esa relación.  Greña y esa esposa que lo dejó eran una pareja particular en el barrio, porque se vestían de vampiros, usaban lápiz labial negro, se ponían túnicas negras, prendas con carabelas, se pintaban el rostro y no les importaba alimentarse todo un día con dos masitas y un vaso de jugo.

Otro vecino del barrio, quien vio crecer a Portorreal Mendoza, dijo que una semana antes de que cometiera los asesinatos de Reyna Isabel y de sus tres hijos, lo vio en horas de la mañana caminando por una calle del sector consumiendo sangre en una copa.

Detalló que junto a otros jóvenes, El Metálico acostumbraba a profanar tumbas en los cementerios para sustraer los cráneos, porque siempre tenía sus huesos a mano.

SAN PEDRO DE MACORÍS. Víctor Alexander Portorreal Mendoza, el confeso asesino de su pareja y tres hijastros, estará en un área de “máxima seguridad” en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) en San Pedro de Macorís y estará rodeado de presos “importantes”, como los acusados de estafa y fraude en el Banco Peravia y el joven que prendió fuego al Metro de Santo Domingo.

El nuevo inquilino del penal estará acompañado en una habitación con otro reo, pero en un área donde hay 18 presos por casos sonados en los medios.

Fuentes: Listín Diario y Diario Libre

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