POR TEO TORRES | ¿El toque de sirena del Cuerpo de Bombero de Higüey, y para qué?
Por Teo Torres
El alcalde del municipio de Higüey, doctor Rafael Barón Duluc (Cholitín), tras juramentarse en el puesto, la primera medida adoptada fue ordenar al Cuerpo de Bomberos, suspender de inmediato el “toque de sirena” en horario que no sean de emergencia por ser inadecuados y desfasados a los nuevos tiempos.
La ordenanza municipal está sustentada en una serie de normas legales contempladas en la Constitución y leyes adjetivas que regulan la contaminación sónica, entre ellas los artículos 67 de la Constitución; 114 y 115 de la Ley General de Medio Ambiente No. 64, siendo una facultad y deber del Estado el de prevenir la contaminación sónica en beneficio de la colectividad.
Cholitín Duluc, ha explicado que la decisión de la alcaldía no fue improvisada y que, por el contrario, es el resultado de muchos años de discusiones del sentir de diferentes sectores de Higüey, que entienden que el “ toque de sirena” del Cuerpo de Bomberos constituía un malestar para quienes residen en los alrededores de la zona.
No obtante, tras la adopción de la referida suspensión, algunos sectores representativos de la sociedad civil de Higüey, alentada ardorosamente por el Ing. Darío Yunes, por un trasfondo evidentemente conocido por unos pocos, procura revertir la disposición.
El munícipe transitorio higüeyano, inducido tras bastidores por una mano política del patio, asimismo, se ha agenciado el apoyo de esos sectores de la sociedad civil, a fin de tratar de tumbarle el puso a la autoridad municipal competente para dejar sin efecto la referida disposición de no tocar la alarma de los bomberos, cuyo objetivo esencial en cualquier parte del mundo es anunciar la ocurrencia de algún siniestro.
Aviesamente argumentan que el “toque de sirena” en esos horarios era una costumbre que formaba parte del “folklor y tradición cultural” de Higüey.
Vaya perla! Lo que en todas partes del mundo constituye una señal de alarma ante una situación de emergencia, en nuestro pueblo de Higüey, representa parte del “ folklor y la tradición cultural” de los higüeyanos.
Paradógicamente, los ardorosos defensores del regreso del “ toque de sirena” del Cuerpo de los Bomberos” olvidan que la espina dorsal del desarrollo de La Altagracia y el país lo constituye la industria del turismo.
Sin embargo, el principal auspiciador del retorno del “ toque de sirena” en la ciudad de Higüey, a pesar de ser una persona que ha viajado por otras latitudes del mundo, no ha podido asimilar, porque no quiere, las costumbres sanas, sosegadas y poca escandalosas de los ciudadanos de esos países que nos visitan.
Evidentemente, que con la infeliz y deplorable actitud del buen amigo Ing. Darío Yunes, y sus aliados se refleja que en sus viajes por países de Europa y otros continentes no se han percatado del estilo de vida y costumbre que caracteriza a los ciudadanos de esos lugares y que precisamente son quienes hacen turismo en nuestro país, teniendo como su principal destino a Bávaro-Punta Cana.
Sólo hay que observar la reacción intempestiva y de sobresalto sicológico que genera ese sonido estridente y ensordecedor en cualquier persona, aún en los propios higüeyanos ya acostumbrados a esa aberración, cuando van pasando por las proximidades de la estación del Cuerpo de Bomberos de Higüey, en momento que se produce el “ folklórico toque de sirena”.
Si produce sobresaltos entre quienes ya están acostumbrados al potente sonido de esa sirena, entonces cuál no sería la magnitud del estado de pánico que produciría en un turista que vive en una sociedad donde predomina un ambiente de absoluta tranquilidad y silencio.
Sería interesante que el Ing. Darío Yunes, aproveche un día la visita al país de su amado hijo Rodolfo Yunes, quien vive en París, Francia, y lo pasee por los alrededores del Cuerpo de los Bomberos de Higüey, y que se produzca el “ folklórico y tradicional toque de sirena.
Ya escucharemos cuál sería su reacción.
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