La mediocridad política

El licenciado Danilo Medina, ya le habló al país y despejó el nubarrón que mantuvo en ascua por mucho rato a los dominicanos de si se re postularía o no para un tercer período presidencial. En su discurso al país tuvo que admitir que ciertamente estaba en eso y que tenía una retaguardia de sus corifeos que lo estaba patrocinando. Sin embargo, el plan reeleccionista de Danilo Medina, acaba de naufragar como una piedra en el río.

El presupuesto de la nación, ni el poder del Estado pudieron doblegar la fuerza omnímoda de la repulsa colectiva del pueblo dominicano a la reelección forzosa. El pueblo dijo no y fue no. Ahora, ya descartada la posibilidad de una re postulación presidencial de Danilo Medina, su equipo procura la escogencia de un precandidato para enfrentar en las primarias del próximo 6 de octubre 2019 al líder del PLD, doctor Leonel Fernández.

Sin embargo, al danilismo se le complica la situación porque reuniéndolos a todos no alcanzan ni un 12% de simpatía entre la militancia peledeísta y no hay forma de que a esta altura puedan construir un precandidato que pueda vencer en la contienda al doctor Fernández.

Nuevamente la fuerza del Estado y el dinero del presupuesto estarán siendo usados para aplastarlo. El plan es evitar a cualquier precio que el líder más activo y terminado del partido morado pueda retornar a la dirección del Estado. Todos ellos saben perfectamente que no podrán enfrentar en una contienda interna al doctor Leonel Fernández, para que éste sea el candidato presidencial del PLD en las próximas elecciones del 2020.

Lo grave del caso es que hay quienes dentro del partido morado, principalmente de la cúpula, que ya tienen sus problemas muy bien resueltos, están planteando la posibilidad de echarle estiércol al sancocho, pensando que con la salida del poder del PLD el más perjudicado es el doctor Fernández.

Craso error de quienes así piensan. Los verdaderos perjudicados ante una eventual entrega del gobierno al PRM serán todos esos peledeístas, en su mayoría pertenecientes a la corriente de Danilo Medina, que hoy disfrutan de un empleo en la administración pública y que tienen como único medio de sustento el salario que perciben.

Ni Felucho Jiménez, ni Temístocles Montás, ni el oportunista de Víctor Gómez Casanova, ni otros personajes de mal agüero, adversarios del retorno de Leonel Fernández, a la presidencia de la República, van a poner su cuantiosa y multimillonaria fortuna a la disposición de esos infelices peledeístas cuando se vean fuera del gobierno.

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