POR MIGUEL ÁNGEL CID / Una provincia rica en expresiones culturales
POR MIGUEL ÁNGEL CID CID
La provincia San Juan podría recrear expresiones culturales diferentes durante todo el año. Comparte la gastronomía y parte del carnaval cimarrón con Elías Piña. Inclusive, Comendador era una sección rural de Las Matas de Farfán hasta 1907 cuando se convirtió en municipio cabecera de la provincia Elías Piña.
Pero un fenómeno poco común consiste en que, en el Granero del Sur, como además le llaman a San Juan, convergen las dos tradiciones carnavalescas dominicanas. Es decir, el carnaval Cimarrón definido en la entrega anterior y el carnaval de raíces católica-europea. El que en Europa llaman Carnestolendas o fiesta de la carne. Éste se celebra durante tres días y termina el martes antes del Miércoles de Ceniza, contrario al carnaval Cimarrón que inicia el Jueves Santo.
Hay quienes dicen que San Juan de la Maguana es un pedazo del Cibao ubicado en el sur del país. Es el municipio capital de la provincia San Juan. Un valle bañado por el Rio Yaque del Sur. Tiene seis parques nacionales y reservas forestales que lo rodean, entre ellos el Parque Nacional José del Carmen Ramírez ubicado en la Cordillera Central.
La riqueza cultural de la provincia es mucho más que eso. Entre las opciones que tienen los visitantes están: la producción agrícola, la Cueva de Seboruco, El Corral de Los Indios y La Agüita de Liborio, por solo mencionar las más importantes.
La producción agrícola
Los plátanos, auyamas, ñames, yautías, berenjenas, cebollas, etc. son parte de la producción local. La principal insignia agrícola de San Juan de la Maguana son las habichuelas, rojas, pintas, blancas o negras. Luego de recoger los frijoles, los ponen al sol para secar las vainas. Los agricultores arman un convite –la junta de los productores del vecindario–, entre todos tienden una lona y encima apilan las baquetas secas.
Luego se quitan las camisas y remangan los pantalones. Armados de palos largos y redondos comienzan a palear las vainas para liberar los granos. Los golpes de palos hacen saltar las baquetas apiladas. Pero ellos las empujan con los pies para evitar que se salgan del montón.
Las flexiones del cuerpo y las manos al golpear con los palos las habichuelas. Empujar con los pies las que se vuelan. La interpretación de cantos típicos alusivos a la fertilidad, todo ello hace creer que es un grupo de danza ensayando su próxima presentación. El espectáculo es impresionante.
La Cueva de Seboruco
La Cueva de Seboruco está ubicada en un gran peñón con hoyos por doquier, parecido a un enorme queso Gruyere, próximo a la casa de Máquinas de la Presa de Sabaneta. En sus laterales tiene tres entradas. La primera en la parte frontal hacia abajo, por esta se entra a la cámara donde fueron exhumados los restos de un aborigen que datan de 2,300 años aproximados.
La segunda es la entrada a la cámara de los Murciélagos, cuatro metros de ancho aproximados. Por lo escarpada de su estructura se hace difícil transitarla. Pero al llegar, la Cámara es amplia y oscura. Los centenares de murciélagos que la habitan mantienen el piso repleto de guano.
Por la tercera entrada se pasa a la cámara llamada El Auditorio. Es la más abierta, grande e iluminada de las tres. Se comunica con otras galerías que por su difícil acceso son menos exploradas. Esta galería está llena de estalactitas y estalagmitas. Las estalactitas son desprendimientos en forma de estillas que van desde el techo hacia abajo. Las estalagmitas son todo lo contrario, clavijas que se forman desde el suelo hacia el techo.
El Corral de Los Indios
El Corral de Los Indios se encuentra a cinco kilómetros al norte de la Ciudad de San Juan de la Maguana. Es uno de los monumentos precolombinos más importante de las Antillas. Los arqueólogos le llaman “Plaza Ceremonial de los Indios”. Mientras que los lugareños y antepasados lo denominan “El Corral de los Indios”.
La plaza consiste en un círculo de 235 metros de diámetro. En el centro hay una piedra cilíndrica de color gris, una de sus caras está tallada en bajorrelieve y mide poco más de un metro de largo, seguida de otras rocas más pequeñas. Se dice que está en el centro exacto de la isla. Que, si uno se coloca en el medio del círculo y observa la salida del sol durante las diferentes estaciones del año, se podrían comprobar varios fenómenos astronómicos.
Se dice además que éste es el centro ceremonial donde la Cacique Anacaona celebraba sus areitos. Es decir, ceremonias danzantes de celebración con las que se transmitían y conservaban las costumbres de la tribu. Participaban todos los integrantes de la comunidad.
La Agüita de Liborio
El manantial conocido como La Agüita de Liborio está ubicado al norte de la ciudad de San Juan de la Maguana, en la Maguana Arriba. Decenas de fieles y otros no tan files al culto liborista visitan el lugar en peregrinación para honrar al mesías Oliborio Mateo.
Para facilitar la llegada a la Agüita de Liborio ha sido diseñada una ruta ecoturística por la Cordillera Central. La razón de las visitas consiste en bañarse en el manantial para que el espíritu de Liborio los libere de la mala suerte y cure sus dolencias con el garrote de piñón.
Los seguidores del mesías lo llaman Papá Liborio, fue un curandero, profeta, líder mesiánico y revolucionario nacido en San Juan de la Maguana en 1876. Era hijo de Andrés Mateo y Sacarila Ledesma, agricultores que vivían del cultivo de sus pequeños predios. Cuentan que a los 18 años Oliborio desapareció y volvió a aparecer siete días después. Proclamó ser un enviado de Dios para promover que la gente pueda vivir en paz. Invitaba a seguir el culto de la Santísima Trinidad.
Estas y otras manifestaciones culturales convierten a San Juan de la Maguana en uno de los municipios del país con mayor pluralidad de costumbres típicas. Queda por conocer si existe en estas localidades la capacidad instalada para gestionar estas expresiones en beneficio de la población.
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