POR DOMINGO GUERRERO CALDERÓN / La haitianización de Bávaro-Punta Cana

POR DOMINGO GUERRERO CALDERÓN*

Cada país tiene su propia estructura  organizativa legal de  Estado. Los ciudadanos  nativos y los  extranjeros que  le  visiten le  deben  respeto solemne  y  sin excusa  de  ninguna  especie tienen que acatar esa regla general de derecho imperante.

En otras latitudes esas normas imperantes  son debidamente muy  bien  observada, no  obstante  en  nuestro país  se le  concede un  tratamiento  totalmente distinto, porque República Dominicana  siempre  ha  sido  un lugar  extremadamente  especial.

Tan especial   es el  nuestro  que gobernantes  de otros  países son impulsores de múltiples reglas  de juego que normatizan nuestras  relaciones sociales y unas  que otras situaciones, en  función de sus intereses, muchas veces muy perjudiciales a  República Dominicana.

Lo  anterior es dicho ante la amenaza latente y constante que se cierne  cada día más sobre nuestro país con  el  ingreso sistemático e  indiscriminado de ciudadanos  haitianos con la  evidente y nefasta complicidad de  quienes  exactamente deben  asumir el control de  que  ello  no suceda.

Todos entendemos que la invasión pacífica de haitianos  a  nuestro país es  un tema extremadamente  complejo que  se arrastra históricamente desde la  fundación  misma de República Dominicana.

Pero, lo que  no  se  entiende, en lo más mínimo, es cómo los  gobernantes de  este país no implementan políticas serias y responsables en materia migratoria para controlar  efectivamete la  expansión haitiana en  todo  el territorio nacional.

El  ingreso masivo  de haitianos a  este país hace tiempo que  se ha convertido en una seria amenaza para los  compatriotas dominicanos,  siendo una  de  ellas la  ostensible sustitución de la  mano  de  obra en  muchas  áreas del quehacer laboral.

Evidencia de lo dicho  anteriormente es lo que  se observa en la  importantísima comunidad turística de Bávaro, provincia La Altagracia,  en donde la colonia haitiana prevalece por  encima de la dominicana.

Bávaro, importante zona turística del Este de la República Dominicana, está dominada por haitianos en  sus cuatro costados, en la  mayoría  de  ellos  indocumentados, sin  que las  autoridades  de Migración cumpla su  responsabilidad de  asumir la  debida regulación para  evitar la expansión exorbitante y descomunal de  esta diáspora en  zona.

Quienes  se  convierten  en cómplices del trasiego de  haitianos y su  posterior establecimiento  permanente en  nuestro país, por  simples  migajas,  no se  percatan del  grave  daño que le  infringen a  la Patria  de Duarte, Sánchez, Mella  y Luperón., 

Más  que nunca se  torna en una  necesidad imperiosa y urgente de que las  autoridades gubernamentales diseñen una estratégica política seria y  responsable para  detener el  proceso acelerado,  desorganizado e  indiscriminado de la población haitiana en la  República Dominicana, más  en la  zona territorial destinada  al  fomento del  desarrollo turístico, espina dorsal de la  economía  de  este país.

La  haitianización en la  zona de Bٞávaro- Verón  y  su «circundancia» es un tema muy sensible  que  debe  llamar la  atención urgente e  inaplazable  a  las  autoridades  del gobierno y de  todos  los  sectores  sociales  representativos  de la  provincia  de La  Altagracia.

Debe  actuarse  urgentemente ahora, pues  más luego puede resultar  demasiado  tarde.

*El  autor es  abogado y catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).   

30 julio 2021

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