CUMPLEAÑOS DE LA VIAGRA: 20 años poniéndolo como un poste de luz: duro y derecho
Por José Ruíz Mantilla/EL PAÍS
Hace dos décadas, una pequeña pastilla azul llegó a las farmacias para combatir la disfunción eréctil y revolucionó las alcobas de medio mundo. Desde jóvenes con miedo a la impotencia súbita y transitoria hasta abuelos de 70 años sexualmente activos, hablamos con los felices y complacidos consumidores anónimos del viagra.
NACIÓ COMO un fracaso. Lo que se intuía como un simple alivio fue una revolución. Así surgió el Viagra. Fue un efecto secundario que se convirtió en una descarga de felicidad universal al llegar hace 20 años a las farmacias. Y a las alcobas. Cuando sus precursores, comandados por el premio Nobel estadounidense Robert Furchgott, buscaban remedio a las enfermedades cardiovasculares con el sildenafilo, se dieron cuenta de que apenas producía efectos sobre la angina de pecho, pero sí de bulto en el pene de quienes lo tomaban. Apesadumbrados pero medio sonrientes, intuyeron que podían alargar muchos sueños…
Uno suele rehuir la entrada en los hospitales. Cada cual tiene sus razones. Pero el deber llama para el aniversario de los 20 años de la llegada del viagra a España y ahí que nos presentamos en el 12 de Octubre para consultar al doctor Javier Romero Otero. Es toda una autoridad en urología. Cuando lleva cinco minutos de conversación específica, divulgativa, directa y adornada a base de dibujos instantáneos con todo tipo de vasos sanguíneos y aparatos reproductores bien marcados sobre el folio en blanco, mira de reojo y tira diagnóstico:
—En los años en que se ha asentado el viagra, aparte de la disfunción eréctil, ha cambiado el paradigma de otras enfermedades, como las cardiovasculares. Quienes presentan síntomas de lo primero es muy probable que en dos años o así puedan padecer problemas de corazón. Así que quienes llevan vida sedentaria y van sobrados de peso quedan sobre aviso…
Agradecida la prevención, fuera del despacho recapitulamos: ¡el viagra fue la bomba! Lo han comprado 66 millones de personas en todo el mundo, según el laboratorio Pfizer, y solo en España, calculan, ha favorecido 50 millones de relaciones sexuales desde su aparición. La marca pionera se forró inicialmente: de los 100 millones de dólares previstos para el primer año pasó a 1.000. Resultó ser el primer potenciador a escala global. Luego se le unieron otras marcas con distintos efectos y fórmula —Levitra, Cialis…— para elegir lo que más convenga. Incluso los genéricos en los últimos años, a un precio mucho más asequible, junto a los timos por Internet. Aunque en Pfizer ahora afronten el bajón por culpa de un mercado mucho más variado, el laboratorio ya ha pasado a la historia como pionero.
Además, con el tiempo, el medicamento mutó también hacia sus propósitos iniciales y transformó el diagnóstico de la disfunción eréctil. Lo hizo pasar del terreno de la enfermedad psicosomática al campo coronario de nuevo, porque comenzó a verse como síntoma de problemas cardiovasculares.
Bien… Si es así, ¿por qué, tal como cuenta un varón activo con 70 años —nadie quiere dar nombres a su experiencia en este reportaje, salvo los expertos—, los de su quinta aún tienen reservas para probarlo? Más si, como dice Ramón Abascal, urólogo también del hospital Central de Oviedo, “está claro que la medicina ha dado más gustos que disgustos”.
Este hombre de 70 años anduvo sin ayuda hasta los 62. “Empecé a fallar en 2012”. Por entonces tenía pareja estable, pero como monógamo propiamente no se le puede calificar. Ahora tampoco abusa, aunque lo ha probado casi todo en el campo de la disfunción, aparte del Viagra: “Todos producen el mismo sofoco. Pero para relaciones estables viene mejor el Cialis. Mientras que para esporádicas, el Levitra”, aconseja hecho todo un oráculo. “Aunque, bueno, yo con cuatro o cinco veces a la semana voy que chuto, no soy de los que andan dando el salto del tigre”.
¿A la edad que tiene? Inevitable recordar a Luis Buñuel cuando en sus memorias confiesa que estaba deseando llegar a ciertos años para librarse de la tiranía del deseo: ¿Qué hubiera sido del maestro en la era del viagra? Misterio.
Los jóvenes también usan viagra
Lo llamativo es cuando aparecen datos de consumo precoz. El remedio, que se había concebido para edades avanzadas, se extiende sin freno entre los jóvenes. Una paradoja implícita a su descubrimiento como efecto secundario.
“Los efectos no deben llevar a engaño ni a que crean que eres un superhéroe. Al fin y al cabo, es una forma de doparse que te hace muchas veces sentirte confundido.
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