El celular de Pepín Corripio
RAFAEL PERALTA ROMERO
Se acercó al podio para hablar durante la presentación, el miércoles 18, de su libro “Delmira Agustini o el otro nombre de la pasión». Le sonó el celular y no lograba callarlo. Se disculpó: “No entiendo estos aparatos”, y lo pasó a otra persona. El señor José Luis Corripio, que presidía la mesa de honor, le respondió: “León, eso te pasa por no usar uno como este del cual ya no venden”.
El poeta León David observó la rara especie telefónica y lamentó que ya no venga ese modelo. Inició su discurso sobre la autora uruguaya, tema de su nuevo libro de ensayos, y adelantó su extrañeza de que aquí se hable poco de ella, en contraste con el resto de Hispanoamérica donde se le recuerda como la poetisa que abrió el camino a las mujeres cultivadoras del verso.
Al final del acto, durante el brindis, le pido a don Pepín Corripio, próspero empresario, más información sobre su teléfono móvil. Lo muestra generosamente y recalca que le sirve para llamar y recibir llamadas de las personas con las que quiere hablar. Es un Nokia (estilo star tac, le llaman los entendidos). Se levanta una pieza, como una compuerta, y se descubre el rugoso teclado.
Teclado en alto relieve (no táctil). El usuario no recibe mensajes ni noticias ni fotos ni anuncios comerciales, pues el teléfono no tiene data.”Para complementar, uso esta computadora”, dice don Pepín Corripio mientras saca un pequeño bloc de notas en el que apunta lo que le interese apuntar. “Y nunca me falla”, expresa con satisfacción.
La última vez que se acercó a comprar un Nokia le informaron que ese modelo estaba descontinuado y quedaban tres en la tienda. Los adquirió pensando en el reemplazo. Hay celulares que sirven para todo, pero el de Pepín Corripio es un teléfono, sólo un teléfono, conforme a los fines que le dieron origen a este valioso utensilio.
Los celulares modernos o inteligentes -dicen los expertos- más que teléfonos son computadoras: cámaras fotográficas y de video, GPS, grabadoras, calculadoras y archivo de información. También, dicen, son más controlados y rastreables que los otros. Corripio no habló de eso, sino que exhibió su sentido del humor al considerar que su teléfono móvil pronto será objeto de colección.
El autor de este artículo, que ha sufrido críticas y burlas por emplear un Nokia más nuevo que el de Corripio, encontró en las palabras del rico empresario algo de consuelo. El escritor Diógenes Céspedes, testigo de la plática, que anda en similar condición en materia de celular, se sintió también confortado. ¡Qué saludable lección en tiempos de vanidad y manía telefónicas!
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