En Cuerpo de Bomberos de San Rafael del Yuma clama por auxilio: faltan gomas, pitones, moto-bomba y comida
Un grupo de muchachos soñadores, hará cosa de 50 años, lanzaron al viento y a la lluvia el germen de dotar a Yuma y a sus alrededores de un pequeño y eficiente cuerpo de bomberos.
La idea surgió en los años sesenta cuando se incendió la casa de doña Escolástica Paulino, madre de la profesora Argentina David Paulino, donde quedó evidenciada la necesidad de que la comunidad contara con el auxilio de hombres y mujeres, con equipos y recursos, para asumir la labor de proteger a la ciudadanía en caso de incendios u otros accidentes de causas humanas o calamidades naturales.
La noche del incendio de la casa de doña Escolástica, el pueblo se lanzó con latas, cubetas, jarros y calderos llenos de agua con el propósito de extinguir el fuego, pero la insuficiencia de equipos y falta de experiencia hizo de un pequeño incendio una calamidad comunitaria.
Ahí se llegó al convencimiento de que Yuma necesitada un cuerpo de bomberos, pero no volvió a ocurrir otro incendio y la idea se apagó justo con el incendio de la casa.
Años después, un puñado de jóvenes encabezados por Silvestre Alexis Concepción Mota, intendente general, Manuel José Ramírez Concepción, mayor, José Altagracia Perozo (Tatá), capitán, Fabio Cuesto, operador, Luis Alejandro Montero Castro, sargento, entre otros voluntarios decidieron pasar de los sueños de bomberos a los hechos y tomaron por las buenas la parte trasera del destartalado edificio que alojaba al desaparecido Partido Dominicano, entre la avenida Libertad y la calle San Rafael.
No es hasta 2012, que las nuevas autoridades municipales, encabezada por el alcalde Yohel Durvegé Lugo, con el apoyo de los concejales de los diferentes partidos, asume el compromiso de equipar el cuerpo de Bomberos y adquieren un camión Bomba y un viejo camión cisterna, que son los únicos equipos disponibles para enfrentar un incendio en el perímetro territorial del municipio, que se extiende desde Boca de Yuma a Bayahibe, Benerito y todos los bateyes del Central Romana y más de 20 parajes y comunidades vecinas como Higüey, La Romana y Bávaro – Punta Cana.
Las condiciones en que se desenvuelven estos jóvenes voluntariosos son deprimentes: duermen uno encima de otro como si se tratara de una bóveda en un cementerio, en viejas camas de dos niveles, que amenazan con derrumbarse en cualquier momento, con deshilachados mosquiteros y destartaladas colchonetas, sin un abanico para ahuyentar el calor y a los mosquitos.
Diriogente pudo compromar el estado de carencia de equipos y de medios adecuados para vivir en una institución que carece de todo, que le faltan hasta planchas de zinc y madera para repar antes de que caiga la enramada, que parece un colador.
Por eso claman por la ayuda del gobernador provincial Ramón Güílamo Alfonso para que vaya en auxilio del cuerpo de Bombero de Yuma, que además de socorrerlo con las necesidades antes expuestas, les diligencie la provisión de raciones de comida, de ocho gomas No. 20 y una moto-bomba para el camión cisterna, que carece de un sistema mecánico rápido para llenarlo de agua.
“Nosotros sobrevivimos” -cuenta Alexis Concepción Mota, intendente General- “gracias a ayudas que recibimos del alcalde Francisco Rodríguez (Pancho Llano) y el Ayuntamiento Municipal, pero hablamos de una institución edilicia pequeña y de pobre presupuesto que no puede suplir todas nuestras necesidades.”
En ese sentido, expone que lo ideal es que el Ministerio de Interior y Policía lo incluya en el presupuesto general que maneja para los cuerpos de bomberos del país.
El intendente general de los bomberos explica que para estar preparados para un desastre de cualquier naturaleza deben contar con uniformes, botas, capas, linternas, dos pitones nuevos de una pulgada y media y un botiquín médico para primeros auxilios.
“Lamentablemente nuestras peticiones, ante el Ministerio Interior y Policía, han caído en saco roto, no han hecho caso, no han atendido ninguna de nuestras demandas, pero aun así seguiremos insistiendo”, aseguró.
Ojalá los yumeros residentes en otros países se animen, se unan entre todos y pongan en marcha una campaña para recolectar dinero y utensilios y lo hagan llegar a los bomberos de su pueblo natal.
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