Día mundial del orgasmo femenino, el gran desconocido y ausente para muchas
POR CRISTINA ORIOL VAL
Espasmos, descargas eléctricas, derroche de energía, explosión de bienestar… Se puede verbalizar de muchas maneras, pero seguramente ninguna de ellas quede a la altura. La petite mort, así lo bautizaron los franceses a la sensación de desconexión cerebral producida tras el orgasmo. Esta expresión nos recuerda que durante unos segundos nos encontramos en un estado de inconsciencia y plenitud, que muchas veces se hace demasiado corto.
Ayer fue el Día Mundial del Orgasmo Femenino, como muchos otros días conmemorativos, tal vez algunos se pregunten por qué es necesario señalar este día en el calendario. No obstante, el debate no es este.
Toda pareja tiene el deber, y el derecho, de conocerse sexualmente
Lo que resulta chocante es que al menos aún exista un 60% de las mujeres, en todo el mundo, que ha fingido un orgasmo alguna vez. Estoy hablando de tu madre, hermana, compañera de trabajo, o de esa vecina que oyes, a menudo, al otro lado de la pared manteniendo relaciones. La presión por gustar, la incomunicación y las ‘ganas de acabar’ y dormir son las más presentes.
Para una mujer alcanzar el orgasmo no siempre es una tarea sencilla, al menos tal y como nos lo ha contado hasta ahora el mundo del porno o nuestro entorno más próximo. En esta línea, Núria Jorba, sexóloga clínica y experta en terapias de pareja, cuenta que “la mayoría de las mujeres llega de forma externa –sea por roce o por coito–, pero es muy difícil que una mujer lo alcance sin ningún tipo de estimulación externa”. Sí, es un hecho y, por ello, no debe cundir el pánico.
Toda pareja tiene el deber, y el derecho, de conocerse sexualmente. “No os conocéis, cada persona tiene un cuerpo diferente e incluso una emocionalidad diferente con cada pareja. Pero las personas no se dan el margen de conocer bien a esa persona”. Un margen que oscila de 3 a 6 meses, según esta sexóloga.
Al fin y al cabo, no hay ni dos personas ni dos genitales iguales por lo que cada mujer tendrá que comunicar cómo y dónde le gusta. Exactamente sucede con el orgasmo masculino, que no necesariamente es más rápido que el femenino. Como cuenta el libro El sexo que queremos las mujeres de la sexóloga Carme Sánchez, “el tiempo que se tarda en llegar al orgasmo depende del grado de deseo, de la capacidad de excitación y de la adecuada estimulación, y no tanto de ser hombre o mujer”.
A menudo, las mujeres piensan demasiado en aquello que se espera de ellas, olvidando aquello que verdaderamente quieren. “Permitirnos sexualizarnos, mostrar nuestro cuerpo, saber cómo tocarnos y poder transmitirlo a la pareja”, sentencia Jorba.
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