Con lágrimas y el corazón partío, doña Mártires cuenta cuán vacío y horrible es el mundo de las drogas
“Le tenía tanto amor a esa sustancia que ahora me ha convertido en una mujer sin paz”, expresa sin poder contener las lágrimas Mártires Núñez Díaz, de 52 años, quien tiene el historial más amplio de recaídas en Hogar Crea, en una búsqueda incesante de su recuperación para reinsertarse en la sociedad como un ser útil.
Ella perdió la cuenta de sus recaídas, pero sus terapeutas suman ya cerca de 25 intentos para escapar de la adicción a las drogas en que cayó luego de una severa depresión porque su pareja la abandonó y en medio de ese proceso un familiar le dio a probar marihuana “para ayudarla a levantarse”.
“Ella es casi dueña aquí”, susurra una de sus compañeras, mientras Núñez Díaz trata hilvanar con frases entrecortadas el peregrinar que comenzó por distintos centros de Hogar Crea, en el año 2003.
Y 14 años después esta madre de tres varones y una hembra, con ocho nietos, lo sigue intentando. Núñez Díaz dice que sintió que el mundo se le cayó encima cuando su pareja la dejó y cayó en una depresión que se prolongó por siete años. Tenía 32 años en ese momento y no culpa al familiar que por ignorancia le ofreció marihuana para que pudiera mitigar sus penas.
Conoció luego otra pareja que le enseñó a ligar marihuana y crack, lo que asegura la llevó a un hondo abismo, además de que esa persona también la abandonó.
Cuenta que vendió todas sus pertenencias, llegó a robar y hasta a prostituirse para adquirir la droga, por lo que pidió a una hermana que la llevara por primera vez a Hogar Crea, pero apenas duró una semana. “Y volví a consumir, duré tres años, después volví, salí, regresaba, en mi familia me rechazaban, y me sentí ser nada”.
Dijo que entiende a su familia porque en ese momento era una persona rebelde y con todas las fallas del mundo producto de su desenfrenada adicción.
De ser una persona feliz y trabajadora, ella dice que pasó a ser una mujer sin paz y llena de decepciones. “Yo le sugiero a la gente que no se deje engañar por nadie que le ofrezca drogas. Es un mundo vacío, horrible, que no se lo deseo ni a mi peor enemigo”.
Definió la adicción a las drogas como un monstruo que te lleva a perder la dignidad, sufrir el repudio de la sociedad y a no saber qué hacer con tu vida.
FUENTE: Juan Salazar, Listín Diario, serie sobre las drogas.
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