POR MIGUEL ÁNGEL CID / Manual del perfecto seminario de participación

Por Miguel Ángel Cid Cid

El paquete metodológico es más que simple, sencillo. Convoque el seminario para una hora, pero inícielo hora y media después. Si son dos, mejor. Asegúrese que los expositores sean muchos, que sus ponencias superen el tiempo previsto: una manera de decir que los personajes saben más que el lápiz.

Las semblanzas deben incluir hasta el curso de primeros auxilios que hizo cuando era un mozalbete. Nunca vacile, tómese su tiempo, ese es su mejor aliado.

Que en la planificación previa florezca la creatividad. El título y los subtítulos, deben ir más allá de lo interesante, imprimirle un ritmo poético, un sentido de profundidad intelectual. Rimbombante.

Por ejemplo, Seminario la Influencia de la Bragueta de Botones Frente al Neoliberalismo y el Libre Mercado, durante el primer mandato de Leonel Fernández.

En el Interín, antes de empezar, sintonice varias piezas de jazz como música de fondo. A manera de chanza explique por qué el jazz: —el jazz es la música más participativa, todos son protagonistas sin salirse de la melodía central.

Lo anterior ayuda a demostrar con antelación que los de la mesa están ahí porque saben demasiado. Por tanto, si quieres aprender tienes que ponerle atención.

Los objetivos enunciados del evento van dirigidos a promover la participación ciudadana al más alto nivel. Pero nunca puede perderse de vista el objetivo oculto: que el tiempo no alcance para el turno de los participantes.

Pero no piense usted que se trata de manipular a la gente. Nooo, para nada. Lo que se quiere es que, la gente se enamore de la participación. La gente debe quedar convencida de que esta es la actividad más participativa entre todas las que ellos han participado.

No se sienta culpable. Tenga pendiente siempre que la manipulación es dañina solamente cuando se utiliza para perjudicar a los otros. Pero excelente si es para beneficiar.

Si por casualidad hay alguien a quien usted se siente obligado a invitar, pero su presencia en la actividad es odiosa, este método lo resuelve fácil. Dos pasos son suficientes:

Primero, envíele la invitación un mes antes de la actividad, incluya en ella una motivación especial, personalizada. Segundo, recuérdele la fecha del evento una hora antes de la que se establece en la convocatoria.

Ya verás la efectividad del recurso anterior, es muy probable que el susodicho se autoexcluya.

Nunca debe olvidarse repetir una, dos, tres… Mejor no las cuente. Siempre que aparezca un chance recuérdele a los presentes que este es un espacio participativo. Ínstele a aprovechar la oportunidad. Recurra a la reiteración de las acepciones —participación y oportunidad— hasta el cansancio. Al final, la gente se sentirá agradecida de la oportunidad que usted le regaló.

Pero, también deje caer —como el que no quiere la cosa, pero que la quiere— que el tiempo se acabó, que el almuerzo está servido, que se va a enfriar.

Los expositores contratados para los paneles de debate, por su lado, tienen que esforzarse por ser extensos en sus discursos. Es de ley que el tiempo asignado para cada uno resulte poco. Hay que coger cinco minutos extras para expresar —a la velocidad de un rayo— el resto de la ponencia.

Las láminas de la presentación visual o del PowerPoint deben ser diseñadas en base al vaciado de páginas enteras. Que el texto solo lo puedan leer los de la primera fila. Pero el experto deberá disculparse —en tono de lamento— por la ilegibilidad del texto. Acto seguido, prometer que el documento les será enviado por correo electrónico.  

Ojo, nunca debe faltar un expositor que se resista a terminar antes del tiempo que el mismo se asignó. Es común que diga: —No. yo no voy a cortar mi ponencia, todavía falta lo más importante.

El recurso de rebeldía anterior, por lo regular, le toca a un panelista que sea funcionario del gobierno de turno.

Olvídese de buscar formas para que los asistentes entiendan su exposición. Recuerde que los discursos de Joaquín Balaguer nadie los entendía, sin embargo, convencía a los receptores de que lo expuesto era una pieza impecable de la oratoria. Todos quedaban satisfechos.

Al final del ¿debate? siempre aparecen varios seminaristas que proponen otro evento similar para completar las importantísimas ponencias. De no ser así, el seminario queda calimocho.

La elaboración y redacción del presente manual se basó en el prorrateo de decenas de seminarios, talleres y foros celebrados durante los 23 años transcurridos en el siglo XXI. Inclusive, el Seminario Desarrollo de la Participación en el marco de la Ley de Ordenamiento Territorial, organizado por la Fundación Solidaridad en Santiago de los Caballeros el 5 de diciembre pasado.

Recuerde, el seminario debe comenzar una hora y media después de la hora de convocado. Si son dos mejor. Contrate muchos expositores, pídales que cojan tiempo de más. Que se vea que el tanto conocimiento les impide sintetizar. Ponga énfasis en que las semblanzas sean completas, mientras más cursos se incluyen mejor.

Gratifique a sus aliados. Gane tiempo.

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