*Por Aldo Javier Cabaña

El artículo tiene como finalidad dar una perspectiva acerca de la importancia en la agenda de gobierno local del “Presupuesto, de su elaboración y control”.

Un tradicional adagio refiere que «el presupuesto municipal es la expresión, en términos financieros, de lo que el gobierno pretende llevar a cabo en un período determinado».

Lo cierto es que en la actualidad no se concibe al presupuesto sólo como la expresión financiera del programa del gobierno, sino como una expresión más amplia y explícita del mismo; se lo concibe como un instrumento útil para la programación económica y social que refleja la política presupuestaria del el sector público local.

Solemos preguntamos entonces ¿qué es el presupuesto?, y ¿cuál es la importancia de la aprobación del mismo para el éxito de la gestión?

Podemos esbozar que el Presupuesto es el documento donde se establece las decisiones que tomara el ejecutivo municipal con respecto a las fuentes de ingreso y a que sectores o a que programas destinara los gastos; es la expresión de las políticas públicas y refleja el plan de gobierno, las prioridades, además de establecer los medios para satisfacer las necesidades de los vecino.

Y la importancia de su aprobación esta reflejada en las siguientes notas:

a.-En un instrumento de gobierno ya que es una herramienta ordenadora del quehacer del gobierno local. Permite una ejecución eficiente y un control jurídico contable de dicha ejecución; control que realiza el Legislativo y también lo puede realizar el ciudadano.

b.-Es un instrumento de programación económica y social ya que el Estado debe planificar conscientemente las prioridades económicas y esa planificación presupuestaria debe sustentarse en determinados y básicos principios entre ellos el de racionalidad que tiene su completa aplicación en la tarea de selección de alternativas de acción. Deja de ser un mero plan de previsiones o un balance contable de lo actuado para convertirse en instrumento idóneo de la política económica.

c.-Es un instrumento de la administración ya que, una vez aprobado es necesario ponerlo en práctica y convertirlo en hechos, con lo cual se entra en el campo de la administración.

Es que el presupuesto contiene enumerados los distintos rubros de ingresos y otras fuentes de financiamiento, incluyendo los montos estimados para cada uno de ellos en el ejercicio. En cuanto a los gastos muestran las técnicas más adecuadas para alcanzar el cumplimiento de las políticas, planes de acción y producción de bienes y servicios, así como la incidencia económica y financiera de la ejecución de los mismos y la vinculación de ellos con sus fuentes de financiamiento.

En estos tiempos es imperioso tener presente los mecanismos para concretar el presupuesto público y los procesos orientados a su seguimiento y evaluación que van a convertirse en elementos claves para garantizar la eficiencia y transparencia de la función pública.

Entonces, estimo pertinente destacar algunos aspectos que considero de suma importancia y que deben tener preeminencia al momento de la elaboración del presupuesto tales como la inclusión de espacios de participación, la definición clara y precisa de conceptos, procedimientos, instrumentos y responsabilidades.

Es necesario que el presupuesto contemple el compromiso de invertir en programas de mejora para los servicios básicos, en salud en viviendas, en programas sociales que permitan mejorar la calidad de vida de la población; es decir, las grandes brechas sociales deben ser priorizadas en los presupuestos municipales  y la forma de evaluación no se debe restringir con informar la totalidad de los gastos ejecutados, sino de lo que se trata es de enfocar en cuánto se logra cambiar la calidad de vida de la población, sobre todo de la más vulnerable. De modo tal que, cumplir con las metas presupuestales, gastar la mayor parte de lo presupuestado en las metas sociales es sinónimo de eficiencia y redundará en la mejora de los niveles de calidad de vida de una comunidad.

El gasto público, debe realizarse con prudencia, generando un verdadero valor agregado a los servicios públicos y a la obra pública que demande el vecino; de allí que la gestión debe enfocarse a mejorar la calidad de vida de la población en todos sus niveles.

Entonces, resulta imperioso direccionarse hacia un modelo de gestión que priorice los resultados eliminando los gastos superfluos y aquellos programas que no resulten eficaces a la ciudadanía.

Debe contener los procesos necesarios (deporte, educación, atención, comunicación y participación ciudadana, protección y seguridad, movilidad, salud pública, vía pública, verde público, cultura, medio ambiente, servicios sociales, urbanismo, economía y finanzas, cooperación interadministrativa), distintos subprocesos (atención al ciudadano, recogida y tratamiento de basuras…), actividades (información y gestiones, registro general, recogida selectiva….) y tareas (información presencial, información telefónica, recogida de vidrio, residuos orgánicos,…).

Entonces podremos decir que el presupuesto será el instrumento en el que se preverán los ingresos a obtener, que permitirán la realización de gastos, con los cuales disponer de medios para efectivizar acciones, que permitan alcanzar los objetivos deseados adecuadamente compatibilizados.

Como tarea final debe fijarse un sistema moderno de monitoreo y seguimiento sobre la ejecución y evaluación presupuestaria y, en tal sentido, recurrir a la implementación de un acceso sencillo para el ciudadano común, a través de un sitio web donde se pueda observar el desarrollo presupuestario y el gasto, y el control que sobre el mimos ejerce el Poder Legislativo.

El objetivo final a no perder de vista es que el ciudadano tenga no solo una mejor calidad de vida sino también una mejor calidad de institucionalidad.

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* Aldo Javier Cabaña, argentino, experto en municipalismo, abogado con magister en administración, derecho y económica de los servicios.