MIGUEL ÁNGEL CID / La participación municipal se cae a pedazos

Por Miguel Ángel Cid Cid

La participación comunitaria en la gestión pública dominicana comenzó a ensayarse en el país a partir de 1996. Los estudios para iniciar ese proceso los emprendió la Comisión Presidencial para la Reforma y Modernización de Estado, creada por el gobierno de entonces. Fue el Ayuntamiento de Villa González que, con el Presupuesto Municipal Participativo, consiguió establecer un modelo exitoso de participación.

El PMP fue el punto de apoyo para apalancar otros mecanismos de participación en la gestión de gobierno municipal. Entre ellos: la planificación estratégica, el referéndum, el plebiscito, y el registro de organizaciones comunitarias. Estos mecanismos fueron consagrados en la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los municipios en el 2007. A partir de esta ley el PMP paso a llamarse Presupuesto Participativo Municipal (PPM).

Pero antes del PPM se aprobó en el 2004 la Ley 200-04 de Libre Acceso a la Información Pública. Los líderes comunitarios aprovecharon la ley para solicitar información a los respectivos ayuntamientos. Como era de esperarse, los alcaldes se negaron rotundamente a entregar las informaciones requeridas. Esa negativa cerrada provocó que los alcaldes fueran sometidos a la justicia. Y no quiera usted saber: la mayoría de los recursos de amparo sometidos prosperaron. Los tribunales de justicia obligaron a los alcaldes a entregar dichas informaciones requeridas.

Pero solo cinco municipios utilizaron el PPM en el año 2003. Villa González, La Vega, Jima Abajo, Constanza y Sabana Grande de Boyá. En La Vega, no obstante, únicamente se aplicó en la sección rural de Burende.

La masificación de la participación, sin embargo, se produjo a partir del año 2005, cuando hubo cincuenta y nueve ayuntamientos implantando el PPM. El siguiente año se incrementó el número a ciento veinte municipios.

Sobrevino un hecho muy importante para que esto ocurriera: en 2005 se produjo una alianza entre la Federación Dominicana de Municipios, la Agencia de Cooperación Alemana, y la Comisión Nacional de Reforma del Estado. La alianza creó a su vez, la Unidad Nacional de Presupuesto Participativo. El objetivo de la Unidad era, “brindar apoyo técnico y seguimiento a las municipalidades para la aplicación de esta herramienta”. Sin dudas, esto contribuyó a los dos saltos sucesivos de 5 municipios participativos a 59 y luego a 120.

Pero ocurrió algo que, los que hacemos trabajos comunitarios, vemos con mucha preocupación. En cuanto terminó el financiamiento de la GTZ alemana y otras agencias de cooperación, comenzó a disminuir, entre las autoridades municipales y algunos dirigentes comunitarios, la fiebre de la participación. Veamos:

La planificación estratégica. La mayoría de municipios que tienen planes estratégicos formulados ni siquiera el alcalde conoce los contenidos. Santiago es la excepción.

El registro de organizaciones comunitarias. Que se sepa, solo en Villa González se intentó hacer un registro sistemático de las organizaciones del municipio. Se pretendía que fuera publicado en línea y alimentado online. Pero se ha dejado caer.

El Presupuesto Participativo Municipal. Este mecanismo ha sido el más consistente en su aplicación sistemática. Año tras año, ciudadanos y autoridades municipales, esperaban ansiosos la llegada de las asambleas consultivas. Las decisiones sobre lo que sería incluido en el presupuesto del Ayuntamiento para el año fiscal dependía de los resultados de las asambleas.

Hoy, ni siquiera el municipio de Villa González organiza el proceso de consultas del PPM. Las autoridades municipales se conforman con que el Sistema de Monitoreo de la Administración Pública Municipal le ponga buena nota en sus informes periódicos. Y el SISMAP Municipal es muy bondadoso y se niega a poner mala nota.

Con todo, no se divisan las perspectivas de que pueda retomarse la implementación de los mecanismos de participación en los municipios. Los gobiernos municipales están desinteresados y los líderes comunitarios se resisten a presionar. Antes era frecuente la realización de jornadas de protestas exigiendo la puesta en marcha del PPM. O el cumplimiento de los acuerdos arribados en las consultas.

El PPM y los demás mecanismos de participación están regresando a sus inicios. Están volviendo al tiempo en que solo aparecen en los informes técnicos de gestión.

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