POR MIGUEL ÁNGEL CID / Un equipo de campaña no se elige, se construye
Por Miguel Ángel Cid Cid
- Leonel Fernández tiene más de un año tirado a la calle en campaña por la presidencia del país. Luis Abinader, como el merengue sin letra, no dice nada. Pero todo el mundo sospecha que tiene una carta debajo de la manga. En Estados Unidos Joe Biden acaba de decir que va a correr por la reelección presidencial demócrata. Donald Trump está situado para arrancar como candidato de los republícanos. Todos tienen el 2024 en agenda.
Dentro de cuatro meses hará un año que habrán pasado las elecciones generales en nuestro país. Y los principales partidos ya hicieron su recomposición dirigencial. El tiempo para posicionar un candidato es sumamente dilatado. Por lo tanto, no es demasiado temprano para iniciar la definición de los candidatos que correrán para las próximas elecciones.
Y ese es el punto de este artículo. Los partidos políticos suelen tener una debilidad para estructurar un equipo de campaña eficiente, que potencie sus respectivos candidatos a la presidencia. Pues la tarea se la dejan a merced de los caprichos del aspirante, a quien le toca bregar con la ociosidad de unos y los celos de otros. El desfase socava la sinergia necesaria para presentar una imagen limpia del candidato, de los candidatos. Fallan en producir una imagen que inspire confianza hacia los votantes.
¿Qué es básicamente un equipo de campaña político-electoral?
Un equipo de trabajo para dirigir una campaña electoral es un grupo de personas entrenadas para trabajar por un mismo propósito. El enfoque principal consiste en integrar los conocimientos personales de cada uno en función de los objetivos globales propuestos. Que cada uno rinda según su capacidad. Es decir que los miembros del equipo de campaña actúen como si cada uno fuera el candidato, pero sin hacer sombra al candidato. Que empujen en una misma dirección.
¿Por qué es tan difícil lograr esa sinergia en un equipo de campaña electoral en República Dominicana?
Primero: Los candidatos criollos confunden el equipo de dirección de campaña con la reunión de un grupo de personas a las que se les asignan tareas específicas. Es común que ese grupo de gente sean los amigos del candidato. En consecuencia, el temor de los integrantes a cuestionar la capacidad de sus iguales crece día a día. Se cree que hacer una evaluación de la realidad del equipo, de la situación objetiva, se traduce en una ofensa al amigo del aspirante y al candidato mismo.
Segundo: Los integrantes del equipo de campaña piensan más en el cargo que les tocará si su candidato gana. Esta distracción impide la buena construcción de la imagen político-electoral del candidato. En la práctica, contribuye a que los compañeros de equipo terminen haciendo de todo, menos las funciones que les fueron asignadas. Cada uno anda por su cuenta.
Tercero: La debilidad en el manejo del proceso de planificación conduce a confundir los roles de los integrantes del equipo. La campaña, en consecuencia, se desarrolla por instinto, sin un plan pensado, elaborado y puesto a prueba en función del candidato. Una observación simple basta para darse cuenta que todos parecen ser ellos mismos candidatos. Eso echa y no luz al candidato real.
Cuarto: Las asesorías técnicas, en materia electoral, son subutilizadas. Con las mediciones pasa igual. Sólo sirven para exhibirlas como trofeos, no sin antes darle un buen maquillaje. A fin de cuentas, pagan un dineral en asesores y encuestas, pero no usan debidamente los resultados de los estudios realizados para encauzar sus campañas políticas.
Fernando Mejorado, un renombrado asesor mexicano en imagen electoral, escribió en su cuenta de Twitter: “Dime qué equipo tienes y te diré qué político eres”. Yo le contesté: “Dime cuanto te asemejas a tu equipo y que tanto se identifica el equipo contigo y te diré que político eres”.
¿Qué deben hacer los candidatos para estructurar sus equipos de campaña mirando fijo al 2024?
a) Olvidarse de que hay que elegir el equipo. Los equipos se construyen y estructuran, no se eligen.
b) Es importante, para el aspirante, conocer sus rasgos de personalidad para poder determinar los complementos que incorpora su equipo.
c) Concebir la construcción del equipo como un proceso constante. El equipo se va edificando en la medida en que va desarrollando el trabajo del proyecto político. Recordar que la confianza se consolida a través del tiempo.
d) Algunos son reclutados por amistad, establece Fernando Mejorado, otros por recomendación y otros por su capacidad, pero todo integrante debe tener el mismo objetivo: ganar.
e) Es preciso observar con detenimiento el comportamiento de los integrantes del equipo entre ellos mismo para evitar que los conflictos internos se tornen insalvables.
Se recomienda tener presente siempre que la lucha más difícil de la campaña se libra al interior del equipo. El desorden, el desgano y los egos individuales socavan la confianza entre los miembros del equipo. El lema de Los tres mosqueteros “Todos para uno y uno para todos”, debe ser emulado por todos los miembros del equipo de campaña.
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