OBISPO DE HIGÜEY / “Es insólita, inhuma­na, indignante e inacepta­ble el hacina­miento de los presos»

  • El obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia, Jesús Castro Marte, denunció ayer el estado de hacinamiento que predomina en la cár­cel preventiva local.

“Es insólita, inhuma­na, indignante e inacepta­ble la situación de hacina­miento y oprobio en la que están los detenidos en la cárcel preventiva de la ciu­dad de Higüey”, escribió el obispo en la red social Twitter.

Esta información fue corroborada con fotogra­fías y videos obtenidos por LISTÍN DIARIO, en las que se muestra el entorno de los reos, con uno de los aposentos repleto de per­sonas sin cubrebocas y aje­nos al cumplimiento de las medidas sanitarias im­puestas para evitar la pro­pagación del mortal virus.

Igualmente se pudo apreciar la simplicidad de las literas donde duermen los reclusos, hechas de concreto.

Una imagen deprimen­te muestra que los re­clusos tampoco tienen colchones, sábanas ni al­mohadas.

  • Críticas como las hechas ayer por monseñor Castro Marte tienen un carácter de contundencia por su al­to estatus de autoridad en la Iglesia Católica, aunque no son una novedad en el país, ya que hace siete años esta prisión fue clau­surada por similares razo­nes, aunque fue reabierta poco tiempo después debi­do a que la Policía Nacional tenía pocos lugares donde alojar a las personas que quebrantan la Ley.

Sin embargo, la situa­ción empeoró después de esto, porque además de li­diar con problemas de so­brepoblación, el centro fue foco de un brote de enfer­medades e infecciones cu­táneas.

Celdas abarrotadas

De hecho, la cantidad exce­siva de prisioneros que al­bergaba llegó al punto de que en un área de 20 me­tros cuadrados, donde ha­bía dos celdas con capa­cidad para un número de 20 personas cada una, pe­ro alojaban entonces a 335 reclusos compartidos entre ambas.

Asimismo, durante el año 2014 la cárcel preven­tiva de la ciudad de Hi­güey se ganó el mote del “Cementerio de hombres vivos” por la cantidad de privados de libertad que fa­llecieron durante ese perio­do.

Todo esto ocasionó que la Procuraduría General de la República (PGR) y la Di­rección General de Prisio­nes tomaran la decisión de trasladar una gran canti­dad de los encarcelados a otras prisiones, a fin de eli­minar las condiciones cita­das, aunque al final la me­dida no funcionó.

Fuente: Listín Diario

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