POR RAFAEL PERALTA ROMERO / Feliz final de Augusto, Jonaira y su huésped (y 3)

POR RAFAEL PERALTA ROMERO

Las palabras no le salían. Mi alma se desgranaba cuando veía a mi esposo aislado en una habitación y con un abrazo simulado y otras mímicas me decía que me amaba mucho. Se afligía, se sentía culpable porque entendía que nos puso en peligro de contagio, que nos falló y un sinnúmero de expresiones de culpa que no ayudaban en el proceso de sanación y recuperación de la salud.

¡Por fin! Tras el tiempo transcurrido (19 días) en su aislamiento, acordamos que podía abrir la puerta. Cuando nos comunicábamos, las mascarillas no podían faltar.

Le pasaron las fiebres, su ánimo cambió, recuperó el olfato, la deseada tercera toma de prueba y la que creíamos que podía ser la última para determinar si aún tenía ese terrible y horrible virus. La cita (el gran trauma) que no se sabe al final qué es peor si el virus o la casa de terror que era el laboratorio.

La PCR sale negativo, lo reintegran al trabajo, pero…ocho días después, por un monitoreo en la empresa para los empleados, la toma es por sangre, arroja positivo, lo devuelven a su casa, hasta nuevo aviso; a los quince días se repite la PCR, con resultados negativos y una prueba de sangre con resultados positivos. Visitas a un neumólogo, luego al infectólogo, quien le da una serie de explicaciones de su situación entre ellas que ya él no es contagioso para nadie.

El coronavirus no es solo para el contagiado, sino para todos

Este testimonio lo doy con la esperanza de que llegue a los lectores, por este medio. Esto es lo que realmente viven los que se ven atrapados en esta marrulla de contagio, laboratorios, las compañías de telecomunicaciones, que también hacen de las suyas, como fue el usar nuestra línea telefónica fija, que paganos religiosamente para que un técnico de ellos la use sin autorización y la única explicación que te dan es, que ya esas llamadas fueron rebajadas, pero miras, lees y volteas la factura y no ves dónde aplicaron esa rebaja.
Es como si lo que has vivido con el virus, o estás viviendo, no fuera suficiente, también ellos hacen sus fechorías, siempre al asecho para perjudicar al usuario.

La decisión de protegerse es individual, pero el resultado es colectivo y el aislamiento funciona, pero por cualquier desliz te resbalas. Todos los demás en la familia salimos negativos en dos pruebas realizadas a cada uno.

El control no sólo es para el contagiado, igual para los que están a su alrededor hasta el final. Que Dios siga teniendo misericordia de este pueblo.

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