Mientras las autoridades de Salud Pública mantienen la prohibición de las clases presenciales en todos los niveles de enseñanza del sistema educativo nacional, como una medida para frenar la propagación del coronavirus, las opiniones en torno al tema se mantienen divididas entre los que consideran la medida necesaria y los que creen que los centros del nivel inicial podrían operar de forma presencial con aplicación de protocolos sanitarios.

Una de las dificultades de la enseñanza a distancia para este segmento estudiantil radica en el escaso límite de atención de los niños en edad preescolar, que no supera los cinco minutos, lo que hace muy cuesta arriba captar su atención a través de medios electrónicos o a distancia.

Para la doctora en Educación Alejandra Casilla, otra limitación de la virtualidad en la etapa preescolar es la capacidad de poder evaluar el avance del niño en aspectos claves como la motricidad fina y motora gruesa, la lateralidad, entre otras competencias incluidas en el currículo de educación inicial.

“Esos niños necesitan la guía de un profesor especializado”, apuntó Casilla, al tiempo que abogó por que se establezca un diálogo entre las autoridades de Salud y Educación y los maestros y representantes de asociaciones de colegios, para estudiar un protocolo de bio seguridad que se pueda implementar para ir dando apertura a la presencialidad, según lo permita el curso de la pandemia.

Uno de los procesos más importantes de la educación inicial es la alfabetización, o la enseñanza de la lectura y la escritura, el cual requiere concentración y práctica continua. La especialista Alejandra Casilla explica que para lograr estos objetivos existen metodologías virtuales que pueden ser efectivas, sin embargo, no hay manera de reemplazar los beneficios que supone la presencialidad.

“Hay un efecto sicológico, hay un efecto de guía, de planificación, un aspecto de proceso, que se da cuando un niño está en interacción con su maestro, porque ese maestro está preparado para manejar desde un horario, hasta observar cuáles con las actitudes de los niños con las actividades que se están realizando”, agregó la especialista.

Destacó que debe haber un protocolo de reingreso a las aulas, que garantice a los padres que la interacción en el centro educativo no pondrá en riesgo la vida de los niños ni de quienes les reciben en dichas instituciones.