EL SUFRIMIENTO DEL QUE NO HABLA LA MUJER / Creo que soy frígida en la cama, ¿qué puedo hacer?

 

Contrariamente a lo que se suele pensar, la mujer «frígida» no es la que no puede disfrutar o la que siente una falta de deseo, sino la que sufre la ausencia de todo tipo de placer en las relaciones sexuales. Es decir, durante la penetración, la persona frígida no tiene sensaciones eróticas. También sucede en algunos casos, aunque menos frecuentes, que la persona frígida tampoco disfruta de la masturbación.

Esta frigidez puede existir desde el inicio de la vida sexual (frigidez primaria o total) o aparecer más tarde (frigidez secundaria o parcial) y afecta sobre todo a las mujeres. La frigidez masculina también existe, pero es menos frecuente, así que aquí hablaremos exclusivamente de la frigidez femenina.

>No confundir la frigidez con…
-El vaginismo: la penetración resulta difícil, casi imposible, ya que los músculos pélvicos se contraen involuntariamente.

-La dispareunia: las relaciones sexuales son dolorosas debido a cicatrices y otras heridas.

-La anorgasmia: la mujer recibe placer pero no consigue llegar al orgasmo. Es un problema mucho más común que la frigidez, y se confunden a menudo.

-La afanisis: la ausencia de deseo sexual. La frigidez también conlleva a menudo una ausencia del deseo: para tener ganas de hacer el amor, te tiene que gustar, y como no siente placer… Así que cuando hablamos de frigidez, a menudo, también hablamos de ausencia de deseo sexual.

>En cifras
Un 10 % de mujeres sufren de frigidez y no experimentan placer alguno en sus relaciones sexuales. Por contra, un 30 % de mujeres no llegan al orgasmo en sus relaciones sexuales durante la penetración y, en cambio, sí que logran disfrutar cuando se masturban. De ahí surge el eterno debate entre orgasmo clitoridiano o vaginal.

>Las causas
Existen numerosas causas y pueden ser de orden psicológico o fisiológico:

-Acontecimientos traumatizantes durante la infancia.
-Consecuencia de una educación estricta que ha desvalorizado la sexualidad.

-Falta de confianza en una misma.
-Torpeza o brutalidad del compañero, que no sabe cómo actuar.

-Ausencia de sentimientos por la pareja sexual.
-Malformación o disfunción genital.
-Problemas hormonales (debidos a un descontrol o a la toma de anticonceptivos).
-Toma de antidepresivos, somníferos…
-Algunas enfermedades (diabetes, esclerosis en placas…).

Las soluciones
La respuesta obtenida debe adaptarse al origen del problema. No dudes en consultar a tu médico o ginecólogo, sabrá aconsejarte, sobre todo cuando las causas son orgánicas.

Si la frigidez va asociada a un bloqueo psicológico (los casos más frecuentes), habrá que considerar llevar a cabo una terapia personal para identificar las causas del problema y aprender a superarlas descubriendo tu propio cuerpo y sensualidad.

En fitoterapia, hay plantas que se utilizan en decocción o maceración: es el caso de la ursina y la salvia, que supuestamente reactivan el circuito del placer.

Además, para las mujeres que han perdido toda sensibilidad, también existe la posibilidad de inyectarse ácido hialurónico; una técnica que de momento crea controversia, pero que permite hinchar el punto G y, por lo tanto, aumentar la sensibilidad.

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