Abinader visita Hato Mayor y solo encuentra caras tristes y hogares destrozados por las fuertes lluvias de Isaías
Colchones enchumbados, muebles dañados y electrodomésticos inutilizables son el común denominador entre muchos residentes de localidades de Hato Mayor, una de las provincias del país más lastimadas por el paso de la tormenta tropical Isaías.
- El presidente electo dominicano, Luis Abinader, visitó ayer domingo la provincia Hato Mayor, la zona más afectada en el país por la tormenta tropical Isaías.
- “Vinimos a ver los daños provocados por la tormenta Isaías”, dijo Abinader a periodistas durante su recorrido por algunas de las zonas de Hato Mayor, donde estuvo acompañado del doctor Mario Lama, designado director del Servicio Nacional de Salud (SNS); y del ingeniero Deligne Ascensión, futuro ministro de Obras Públicas.
- El próximo presidente dominicano aprovechó el recorrido para visitar el Hospital Leopoldo Martínez que, según dijo, “tiene muchas precariedades”.
Uno de los sectores peores golpeados por la tormenta fue Gualey, donde el moho, a causa de la humedad, humedecía el aire con su distintivo hedor.
Sillones, abanicos, neveras, zapatos, ropas y peluches abarrotaban las aceras, mientras sus dueños determinaban qué servía, qué no, y que valía la pena hacer en un intento por salvar algunas cosas.
Con el agua al pecho
Los problemas para los pobladores iniciaron el pasado jueves, cuando el agua, producto de los torrenciales, comenzaba a penetrar a varias viviendas.
Tal fue el caso de María Dolores Crispín, quien narrando las horas de pánico que vivió durante los peores momentos de Isaías indicó que el agua llegó al punto de estar al nivel de su pecho.
“El jueves, como a la seis de la tarde, empezó a inundarse esto y el agua, ¿cómo te explico, cómo te digo? Eso me llegó hasta ahí (señalándose el pecho). Nos la pasamos subiendo los trastes arriba, subiendo lo que pudimos y dando gritos, agarrados de la pared”, expresó María Dolores.
“Se me fue todo”
A diferencia de la familia Crispín, Danensy Chirén y su esposo optaron por pasar las peores horas del fenómeno natural en casa de un primo que vive en un lugar más seguro que el de ellos, pero al retornar a su hogar, Danensy lo encontró prácticamente arruinado.
“¿Daños? Se me fue todo. Solo me quedó eso (un armario), porque quedó recostado de una casa; parece que el agua vino y se lo llevó la corriente”, explicó la joven.
Ayuda parcial
Las autoridades llegaron a Hato Mayor, tras el cede de las lluvias, con empleados y voluntarios de Plan de Asistencia Social de la Presidencia (PASP), del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y la Cruz Roja, brindando asistencia.
A los afectados les fueron donados colchones y raciones de alimento, crudo y cocinado.
Por su parte, empleados del MOPC ayudaban a mover escombros y lodo, y a drenar el agua estancada en viviendas.
Sin embargo, la ayuda no llegó a todos los damnificados. Según moradores de Gualey, la asistencia oficial no tocó a todos los pobladores del populoso sector.
Altagracia afirmó que las instituciones solamente se enfocaron en las casas ubicadas en las calles Antonio Guzmán y Santiago Silvestre, mientras en la Genaro Díaz, donde reside, repartieron nada.
“Nosotros somos humanos también”, vociferaba una y otra vez Altagracia. (Fuente: Listín Diario)
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