La Junta Central Electoral y el pleno menos uno

A propósito de la reunión sostenida  entre el expresidente Leonel Fernández y  cuatro miembros de la Junta Central Electoral, algunos diarios informaron que el  “Pleno de la JCE” se había reunido con ese precandidato presidencial y presidente del Partido de la Liberación Dominicana,   en la sede de Funglode el jueves 12.

Un observador acucioso  señaló a esta columna que todo era cierto menos que se tratase del “pleno de la JCE”. La Junta, según manda la ley,  está compuesta por cinco miembros, cuya reunión, con fines de trabajo, constituye el pleno. No es cuestión de cuórum, es que en la JCE las decisiones deben ser tomadas por el pleno.

En  la reunión con Fernández  faltó un miembro de la JCE: el doctor Henry Mejía Oviedo. Este apreciado servidor público sufrió en  febrero de 2018 un accidente cerebral y salvó la vida gracias al oportuno tratamiento en centros de salud  locales y de los Estados Unidos. Luego, tras notable mejoría retornó a su función.

Sin embargo, la integración ha  sido a medias porque el doctor Mejía no  ha recuperado totalmente la facultad del habla. A esta columna han revelado que  en las sesiones del pleno aprueba o rechaza por gestos. No alega ni argumenta, no agrega ni propone.  Todo indica que a Mejía lo tienen cargando pesado.

No es justo ni es humano mantener en tal situación a un servidor público a quien los azares de la vida han desfavorecido  con el menoscabo de sus facultades. ¿Será que la JCE no le ha garantizado a Henry Mejía la debida protección si optara por el retiro antes de que cese el período de gestión para el que fue designado?

Esa es la condición particular de un miembro de la JCE, que ojalá  encuentre solución pronta y satisfactoria. Pero esto implica un  delicado asunto de interés público, dadas las funciones de la Junta Central Electoral. Pocos hablan  del riesgo que encierra la no completitud del pleno. Ni periodistas ni políticos lo refieren.

El pleno incompleto no es pleno y las decisiones así tomadas le restan legitimidad. Tome  en cuenta la JCE que los políticos dominicanos actúan por coyunturas. Hoy callan y apañan, pero mañana podrían objetar  resoluciones -que no les simpatizan- alegando que no fueron adoptadas por el pleno.

Nada pinta que los procesos electorales de 2020 serán una fiesta. Es el poeta León Felipe quien asegura que “…cuando los hombres sean libres, la política será una canción”. Aquí, todavía no. La JCE   necesita robustecer su credibilidad y su legitimidad. Los cinco hacen el pleno, el pleno menos uno no es el pleno.

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