Danilo Medina puede retornar el sosiego a los dominicanos

POR RAFAEL PERALTA ROMERO

rafaelperaltar@gmail.com

El presidente Danilo Medina pudo ahorrarle a la sociedad dominicana los momentos de  congoja que ha padecido por causa de las pretensiones de seguidores suyos  de arreglar –o desarreglar-  la Constitución a fin de que el mandatario pueda optar por otro período de gobierno,  a contrapelo de la ética y de lo que aconseja el buen sentido.

Pudo desestimular a los ministros  involucrados en la afrentosa campaña en pro de su repostulación, a sabiendas de que la Ley Fundamental le impide ser candidato a la presidencia de la República. También pudo detener a los legisladores que han gastado esfuerzos, dignos de mejor causa, en el afán  de  alterar  la Constitución.

Ha habido desmesura en la organización de  costosos actos políticos patrocinados por funcionarios que manejan abundantes recursos del Estado y que por ser subalternos del Presidente, pudo este trazar directrices –incluso amonestaciones-  en el sentido de que no siguieran usando su nombre para tales fines. Pero no lo hizo.

Danilo Medina pudo evitar la crispación de ánimos que predomina en su  partido y que repercute en todos los ámbitos, lo cual deja evidenciada la profundidad de su rencor hacia su compañero Leonel Fernández, expresidente de la República de quien Medina fuera el más cercano colaborador. Pero no.

  • El presidente Medina pudo ahorrarle al Estado cientos de millones de pesos erogados en la campaña por su repostulación, con previo condicionamiento de la opinión pública de que alterar nuevamente la Constitución  para viabilizar su repostulación es un acto tan simple, tan aceptable, como pasar la mano sobre la imagen de la Altagracia un 21 de enero.

Danilo Medina puede retornar el sosiego a los dominicanos, sobre todo a Leonel Fernández y sus seguidores. Basta con ordenar a ministros y legisladores que cesen en su impúdico clientelismo porque eso contradice la esencia de la democracia, incrementa el oportunismo y lesiona su imagen como gobernante.

Puede, como Reinaldo Pared, salir de ese lodazal sin ensuciar su ropa. Puede retornar la paz social que sus seguidores nos han arrebatado. Medina  puede valerse del argumento esgrimido por uh hombre cuya esposa lo encontró  con otra mujer en un hotel de chinos: “No es lo que tú estás pensando”, arguyó  el hombre.

Como su manejo del silencio le potencia la capacidad de simulación, el Presidente puede, en  un breve discurso a la nación,  proclamar, por ejemplo: No sé por qué creen algunos que yo estoy pensando en reelección, pues nunca he dicho eso a nadie. Yo reto a quien tenga prueba de lo contrario, a que la presente. Yo camino de frente, porque así me enseñó Juan Bosch…

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