Hoy se cumplen 45 años de la partida de Neruda, entre el relámpago de sus versos y las dudas sobre su muerte

Por Luciano Sálicche / infobae.
“Neruda, el llamado del poeta” (HarperCollins Español, 2018) se llama la biografía que escribió el estadounidense Mark Eisner. Allí se expone la vida del escritor chileno, de cuya muerte hoy se cumplen 45 años.
 Su último cumpleaños, el número 68, Neruda lo festejó en Normandía. Estuvieron allí Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. Fue el 12 de julio de 1972. Se encontraba muy mal de salud, tenía cáncer de próstata y dos semanas antes había estado internado. Cuando lo vieron llegar en la fiesta, hacer su gran aparición, aplaudieron. También soltaron algunas carcajadas. Neruda era un hombre gracioso, incluso en sus peores momentos.
Por aquel entonces era Embajador en Francia de la Chile socialista de Salvador Allende, pero tuvo que renunciar y al poco tiempo volvió a su país. Y aunque el gobierno no pasaba buenos momentos, ahí estaba él, batallando contra su malestar físico, sosteniendo su ideario comunista.
Pero todo se desmoronó de pronto. Un Golpe de Estado liderado por el Comandante del Ejército Augusto Pinochet —quien gobernaría de facto durante 17 años—, con el apoyo del gobierno de Estados Unidos conducido por el presidente Richard Nixon, arrancó con el bombardeo del Palacio de La Moneda, la casa de gobierno chilena, y allí, abrumado y sin salida, Allende se suicidó. Fue el 11 de septiembre del 73: el fin del sueño socialista y el comienzo de una cruenta dictadura que se propagó por toda Latinoamérica.
Para ese entonces, Neruda estaba convaleciente y, ocho días después del golpe, lo internan en la Clínica Santa María. El día 23 de septiembre a las 22:30 de la noche, hace exactamente 45 años, muere. ¿Realmente fue el cáncer de próstata? ¿O se trata, como han denunciado en varias ocasiones, incluso como aseguró en 2017 un equipo internacional de peritos, de otra cosa? Las versiones sobre su envenenamiento siguen vivas y no se han disipado en la bruma del presente.
Neruda despierta fascinación. A muchos les pasa. Leer sus versos y sentir como te parte el relámpago de la más romántica poesía. «Puedo escribir los versos más tristes esta noche. / Escribir, por ejemplo: La noche está estrellada, / y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». Así comienza el «Poema XX» de su libro más famoso, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, publicado en 1924. Con este género pasa eso: te conmueve o no.
Ese relámpago lo sintió el norteamericano Mark Eisner en 1998. Había terminado la universidad, estaba recorriendo Chile como mochilero y se enamoró de la poesía de Neruda. Aprendió un poco de español y se quedó dos años a vivir en el país trasandino. Luego volvió a Estados Unidos, continuó su vida académica, pero la voz de Neruda no se le fue nunca de la cabeza.
Hoy, tras quince años de estudios, publicó Neruda, el llamado del poeta, una biografía editada por HarperCollins que supera las 600 páginas. Allí el foco está puesto en todos los aspectos de su vida, incluso en los literarios. Y se anima a las contradicciones, esas que oscilan entre el «poeta del pueblo» y el «comunista de champán». «Hay un Neruda para cada cual —escribe Eisner en la introducción—. Su legado puede entenderse de formas diferentes, pero se comprende mejor en el contexto de los sorprendentes acontecimientos históricos en que participó».

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