La bajeza más vergonzosa es el “lambonismo”
RAFAEL PERALTA ROMERO
Esta columna se había referido antes al nocivo rol que desempeñan los aduladores y no estaba previsto que retomara ese tema para esta fecha. Pero, he aquí todo lo que puede un ministro: el poderoso señor Gonzalo Castillo, ministro de Obras Públicas, ha sugerido que me refiera a la indecorosa función de adulador.
Desde los tiempos más remotos, el adulador ha proporcionado motivos de reflexión a los pensadores sociales. Como se insiste en su falsedad, se destaca que quien incurre en adulación resulta un enemigo encubierto. “Los aduladores se parecen a los amigos como los lobos a los perros”, ha sentenciado George Chapman, escritor inglés.
Hay que destacar la capacidad de hacer daño que arrastra el adulador, figura que en el español dominicano se conoce como “lambón” y a su práctica se le denomina “lambonismo”. Pero que no se confunda la acción del que mendiga tragos o comida en una actividad a la que no ha sido invitado con la del adulón político, que es el dañino.
La adulación es muy antigua. La historia universal está llena de ejemplos de sujetos que encontraron corifeos tan amables que los llevaron a proclamar, por ejemplo: “El Estado soy yo”, como ocurrió con Luis XIV, rey de Francia durante 77 años. El desarrollo de esa egolatría se atribuye a las adulaciones de cortesanos e intelectuales.
La tenebrosa Era de los Trujillo no sólo se sustentó en el férreo carácter del tirano, sino en la fuerza de las armas y la sobrada disposición para la lisonja de escritores que pensaban para el dictador, y músicos que componían merengues para inculcar en la conciencia del pueblo dominicano la falsa grandeza del llamado “benefactor”.
Hace unos días, la prensa publicó la declaración del ministro Castillo quien había proclamado que el presidente Danilo Medina es un benefactor de la patria. Así lo dijo: “…los seis años de la gestión de Danilo Medina lo han consagrado como un benefactor, filántropo y el mejor presidente de la historia dominicana”.
Más reciente, en el pequeño pueblo El Guanito, provincia Elías, el Presidente inauguró una escuela de 19 aulas y esto fue motivo para que Castillo reiterara su percepción de que Danilo Medina es el mejor estadista que ha dirigido los destinos de la República en toda la historia. A Castillo le ha ido muy bien, desde luego.
Una elocuente imagen de la adulación es aquella en la cual un hombre besa los zapatos de otro para su beneficio. A nada bueno conduce la adulación. Los dominicanos tenemos suficiente experiencia –mala experiencia- con sus efectos. “La bajeza más vergonzosa es la adulación”, ha señalado Francis Bacon (filósofo inglés).
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