La primera dama, Cándida Montilla de Medina, en carta dirigida al director del periódico Listín Diario, plantea la necesidad de «imbuir a nuestros jóvenes de uno y otro sexo del sentido de pertenencia a una comunidad a la cual se deben como agentes de cambio. Lograr que los puentes intergeneracionales que parecen rotos, recuperen su eficacia mediante el diálogo y el fomento de los valores de la tolerancia, el respeto, la solidaridad y la inclusión».

Licenciado
Miguel Franjul
Director Listín Diario
Ciudad

Apreciado amigo:

Leí con suma complacencia su editorial del pasado sábado 15 titulado “Los jóvenes tienen la palabra”, escrito con ocasión del anuncio hecho por el Despacho de la Primera Dama y el Ministerio de Educación, sobre el inicio en el país del proyecto Scholas Occurrentes, una iniciativa del papa Francisco para mejorar la calidad de vida de los jóvenes a través de la educación y el fomento de los valores.

El encuentro con jóvenes provenientes de 27 liceos fue una muy grata y aleccionadora vivencia. Oírlos hablar sobre sus preocupaciones y sus esperanzas, nos acercó a una realidad de la que, lamentablemente, muchos padres y madres están distantes o son ajenos.

Desde que en mayo pasado, y por invitación del señor José María del Corral, presidente de la Fundación Scholas Occurentes, participara en la visita pastoral del papa Francisco a la sede de esta institución en Roma, la réplica de esta experiencia en el país se convirtió para mí en un acuciante propósito.

Se trata, como usted bien señala, de una red de centros educativos que se extiende ya por docenas de países. Esta red utiliza las artes y el deporte para, a través del diseño tecnológico de un aula global, coadyuvar a los esfuerzos para la construcción de una sociedad integrada y pacífica.

Es necesario imbuir a nuestros jóvenes de uno y otro sexo del sentido de pertenencia a una comunidad a la cual se deben como agentes de cambio. Lograr que los puentes intergeneracionales que parecen rotos, recuperen su eficacia mediante el diálogo y el fomento de los valores de la tolerancia, el respeto, la solidaridad y la inclusión.

Es urgente que atendamos las preocupaciones de los jóvenes, hombres y mujeres, tanto en el hogar como en la sociedad. Que la autoridad parental asuma que la forma más idónea de su ejercicio es el reconocimiento y respeto de la identidad y personaldiad de los y las jóvenes. El hogar basado en la consideración recíproca de sus miembros es el único capaz de brindar la solidez ética, moral y psicológica que crea personas sanas y productivas.

Le reitero mi sincero agradecimiento por su apoyo, y lo exhorto a acompañarnos en este hermoso reto que significa el funcionamiento en el país de las Scholas Occurrentes.

Atentamente,
Con cariño y afecto

Cándida Montilla de Medina.