Ayer cumplió un año de muerto  Chichí La Muela, en un aparente fallecimiento natural y consecuente con el estilo de vida que llevaba, en su condición de adicto de toda una vida a la bebida alcohólica.

Hijo del cabo Rondón del ejército, que llegó como jefe a la Comandancia de Boca de Yuma, a finales de la Era de Trujillo.

El militar tenía una familia integrada por su esposa, doña Dolores, y dos pequeños hijos, Enrique, el mayor, y Chichí, el menor.

Cuando al cabo Rondón lo pensionaron se quedó viviendo  en Boca de Yuma y los hijos se criaron en aquel poblado marino.

El militar era un asiduo gallero, que todos los domingos asistía con parte de su traba a la gallera de Yuma, que entonces quedaba al final de la calle El Carmen, justamente en la esquina donde está la casa de Luis Paniagua y la profesora Francia Díaz de Paniagua.

Experto cuentista y halagador, conocía y picoteaba para el ron y los cigarrillos a todos los conocidos y destacaba por la forma en cómo se paraba en medio de las calles, bebiendo a pico de botella.

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