El tiempo pasa. Hizo un año el pasado 6 de abril cuando se dio conocer que “Fue encontrado el cadáver de un hombre de nacionalidad “italiana” con heridas de arma blanca, en el municipio San Rafael de Yuna, paraje Cascajal de la provincia La Altagracia”.

Esa información fue triplemente trágica porque se segó la vida de un ser humano,  la del suizo Daniel Thomas Ruegg, la sociedad yumera y la familia vieron y sintieron cómo José Carlos Castro Rondón, de 29 años, echó al lodo su vida y años de estudios y se sacó a la luz los estragos  de las drogas, el alcohol y la delincuencia en el municipio, sembrando dolor en las familias de víctima y victimario.

Estos fueron los hechos

La Policía Nacional informó sobre el arresto de uno de los presuntos homicidas del suizo Daniel Thomas Ruegg, de 56 años, quien fue ultimado de múltiples heridas de arma blanca el pasado martes en su residencia, ubicada en la comunidad Cascajal del municipio de San Rafael del Yuma, en la provincia La Altagracia

José Carlos Castro Rondón, de 29 años, habría admitido haber cometido el hecho, junto a un amigo que identificó como “Jhonny”, mientras ingerían bebidas alcohólicas y consumían drogas en compañía del extranjero.

Según la uniformada, en el lugar se originó una discusión porque se acabaron las drogas y Ruegg necesitaba otra cantidad, por lo que buscó dinero en la caja fuerte de su esposa y volvieron al gazebo, donde lo mataron a cuchilladas.

“Entre ambos lo tiraron debajo de un furgón y regresaron a la habitación y cargaron con dinero y joyas que había en la caja fuerte”, detalló la vocera de la Dirección Regional Este de la Policía, Raíza Núñez.

Se recuerda que Thomas Ruegg falleció tras sufrir heridas por arma blanca en el cuello, tórax y lazo izquierdo de la cara, de conformidad con la certificación del médico legista actuante en el caso.

Se ignora si la justicia lo ha sentenciado. A José Carlos, licenciado en mercadeo o administración de empresa, una sociedad permeada por el vicio lo recluyó en el olvido y solo los padres, que nunca avandonan a sus hijos, llevan el peso de esa cruz, porque los amigos de entonces se escurren como el agua entre los dedos.