En Cancino padrastros violan a dos niños y asesinan a uno de ellos, que ayer cumpliría dos años de vida
Las autoridades policiales y judiciales se aprestan a conocerle medidas de coerción a un hombre acusado de haber ultimado a su hijastro en Cancino Adentro, Santo Domingo Este, y detuvieron e investigan al padre biológico de la víctima por presuntamente haber violado a una hermana del infante.
Lo que ayer debió ser un día de regocijo para conmemorar el segundo año de vida del niño Luis Raúl Zaya Suero, se convirtió en un tenso día para sus familiares y vecinos, luego de que el pasado martes fuera volado sexualmente y asesinado a golpes presuntamente por su padrastro Jhon Jairo Rodríguez Espinal, de 24 años, quien se encuentra detenido.
En el proceso de investigación de los hechos se produjo la detención del padre de Luis Raúl, al ser acusado por una hermana de este de 10 años, de haberla violado sexualmente mientras convivía con Raquel Suero, de 30 años, madre del niño ultimado.
Según las narraciones de vecinos y familiares de Luis Raúl, un hogar integrado por cinco hermanos menores de edad, de diferentes padres, tres de los cuales hacían labores de pedigüeños en las calles, residentes hacinados en un pequeño apartamento y con padres adictos a las drogas y que los sometían a constantes maltratos son solo parte de las situaciones que debió vivir el infante durante su corta existencia.
Residentes cercanos a la casa de dos niveles, sin número, de la calle Respaldo Santo Domingo, donde la tarde del pasado martes fue muerto a causa de múltiples golpes Luis Raúl, escucharon escasos ruidos cerca de las 3:00 p.m. cuando ocurrió el suceso, porque en la vivienda había un radio a alto volumen, como era costumbre en el lugar.
Cuentan que alrededor de las 5:30 p.m. vieron a Raquel Suero llegar a la casa de su trabajo y casi de inmediato salió con el bebé en brazos, visiblemente golpeado, y pidió ayuda a los vecinos para llevarlo a un centro asistencial, donde fue declarado muerto y se detectó que había sido violado.
Relatan que en poco más de un mes que tenía la pareja residiendo en la zona, a la residencia entraba y salía gran cantidad de personas en motocicletas y a pie que en principio pensaron que eran familiares.
Señalan que sospechaban que en la casa sucedía algo extraño porque Jhon Jairo pasaba todo el día en ella y aparentemente no trabajaba, mientras que los niños se dedicaban a pedir en el kilómetro 9 de la carretera Mella y pocas veces asistían a la escuela.
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