Periodismo ciudadano y manipulación mediática
Por Miguel Ángel Cid Cid.
Un texto de principalía para el periodismo Latinoamericano es la tesis doctoral de Rosalba Mancinas Chávez. La Editorial Colección Ámbitos de la comunicación la publicó bajo el título “El poder mediático en México. Relaciones entre economía, política y medios de comunicación”. Otros textos de relevancia son: “El periodismo ciudadano y la sentencia 168-13 en República Dominicana” y, “Lecciones de buen periodismo en la isla”, ambos publicados por el Espacio de Comunicación Insular, (ESPACINSULAR). Es una trilogía de textos que pueden aportar pistas para reencausar el ejercicio periodístico en la isla, poniendo la información al servicio de los ciudadanos y el desarrollo humano.
Para Rosalba, los medios de comunicación se han convertido “en el soporte y la plataforma de toda actividad social”. Este hecho incitó al poder político y al económico a emprender una lucha feroz por el dominio y control de los mass media. Esta lucha entre poderes, lesiona los intereses de la mayoría de los ciudadanos, al tiempo que coacta el derecho a la información.
En efecto, la información, no importa el tipo, es “la principal fuente de creación de riqueza, de producción de conocimiento, de distribución de mensajes y, finalmente, de estrategia para la toma de decisiones”. La afirmación es de Enric Saperas definiendo La sociedad de la información como “Estructura económica y de vida cotidiana que integra todo tipo de información.
En ese tenor, el Periodismo ciudadano viene a poner la nota discordante, quiere cuestionar las decisiones del poder establecido. Según espacinsular, periodismo ciudadano es en esencia, “…el ejercicio del derecho a la comunicación mediante el uso de herramientas virtuales, que permite cuestionar decisiones tomadas por el Estado e incidir en la opinión pública”.
El periodismo ciudadano se libera de la limitante que obliga al periodismo profesional a informar sin emociones. El periodismo profesional “es más cuidado y limpio, no debe tener emociones ni opiniones”, afirma Freddy Cruz. En tanto, continúo Cruz, el periodismo ciudadano “si tiene impresión y emociones”.
De su lado, Juan Bolívar Díaz, al ser entrevistado por espacinsular establece que “…el periodismo debería ser siempre ciudadano, basado en promover la participación de la gente en el proceso de la comunicación, en recoger sus preocupaciones, proyectos, luchas y sueños, e incorporarlos al debate”.
En consecuencia, Juan Bolívar “no concibe el periodismo como independiente ni neutral”. Él cree en “los periodistas profesionales como un puente a través del cual se expresa la ciudadanía. En cuyo ejercicio demuestran su nivel de compromiso”. Al cuestionarse sobre la neutralidad e imparcialidad del periodista, Díaz afirma categóricamente, “Yo nunca he creído en ese tipo de periodismo. Yo siempre he creído que el periodista es un comunicador, es un profesional de la comunicación y tiene que tomar parte del lado de los intereses ciudadanos, de la mayoría, de los que tienen menos capacidad de expresarse, de los oprimidos…, ese es el objeto del periodismo, y del periodista”.
Muy por el contrario, el poder político y económico limita la libertad del periodista al hacerlos caer en la trampa de los tecnicismos academicistas. El periodista, dicen, debe informar de manera neutral, es improcedente expresar sus emociones, dejar ver su posición política es un error grave, y sigue la letanía. Todos son argumentos insostenibles, en tanto que el ser humano ha sido definido como un “animal político”.
¿Qué pretenden entonces los mass media, el poder político y el económico al promover una falsa neutralidad o imparcialidad periodística?
En mi opinión, el propósito no es más que el de manipular la información para imponer los intereses de las grandes corporaciones. Ese interés perverso de manipular la información para imponer sus criterios imposibilita, a su vez, que las universidades desarrollen programas de formación de comunicadores en periodismo ciudadano.
Visto el panorama, queda evidenciado que el poder político, económico y mediático mueven como marionetas a los profesionales de la información. Un manoseo que solo deja beneficios a estos poderes. Entonces, la pregunta es obligatoria:
¿Por qué los periodistas se resisten a ejercer un periodismo acorde con sus propios intereses, a sabiendas, de que la manipulación mediática no los beneficia en nada?
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