Construir las tareas del líder para transformar el sistema
Por Miguel Ángel Cid Cid
La primera entrega de esta serie de tres artículos, trató sobre la construcción de una alternativa de Poder democrática e incluyente. En cambio, la segunda parte discurrió en un pliego de requisitos para construir el Poder que contribuya a transformar el sistema. En consecuencia, hoy les dejamos la tercera parte que expone algunas de las tareas que debe emprender el liderazgo para cumplir con su rol de transformar el sistema de gestión social, política, y económica del país.
En el pasado, el Partido Revolucionario Dominicano se constituyó en la principal cantera de formación de un liderazgo joven. Desde el 1940 el PRD llenó todos los rincones del país de líderes barriales, campesinos, obreros y profesionales de todo tipo. Luego de producirse una escisión en el PRD, que arrastró un grupo importante de sus principales líderes, se fundó el Partido de la Liberación Dominicana. La ruptura la encabezó el Profesor Juan Bosch en 1973 y de inmediato creó el PLD y se convirtió el líder número uno de la organización política.
En consecuencia, el PLD redefinió el rol de la educación en el partido, estableciendo la formación política obligatoria en todos sus estamentos orgánicos. El resultado no se hizo esperar, jóvenes de diferentes sectores sociales emergieron en la arena política y marcaron la diferencia con la tradición. En ambos casos, las experiencias citadas se hipertrofiaron y asumieron, al llegar al gobierno, una práctica contraria a las enseñanzas de sus guías.
¿Cuáles son esas tareas que debe emprender el liderazgo para cumplir con su rol de transformar el sistema? Veamos.
Las tareas primordiales de un liderazgo coherente con el contexto sociopolítico, son esencialmente dos. La primera consiste en estudiar siempre, de manera permanente. Pero no se trata de estudiar cualquier cosa, es conocer al dedillo las ideas de los principales pensadores que ha tenido el país. En ese orden, David Álvarez Martín sugiere los autores que hay que abordar con devoción.
–…es tarea de gran valor preguntarnos por las ideas de Juan Bosch, escuchándolo directamente a él y no a los tontos que pretenden ser sus voceros. Juan Bosch Gaviño es patrimonio del pueblo dominicano y no de pandilla alguna, al igual que lo es Juan Pablo Duarte, Pedro Francisco Bonó o Pedro Henríquez Ureña. Recuperemos su vida y pensamiento mediante las ideas que plasmó en sus textos. –, afirma Álvarez Martín y completó más adelante agregando lo siguiente.
–…Juan Isidro Jimenes Grullón es imprescindible, especialmente para conocer mejor a Juan Bosch, por el contrapunteo ideológico y personal que sostuvieron gran parte de su vida. – concluyo David Álvarez.
En segundo lugar, los líderes y dirigentes tienen que desarrollar una capacidad inmensa de vinculación con la gente. Es imprescindible relacionarse con las personas del barrio, del campo, de la escuela, la universidad, el deporte, el gimnasio, etc. Donde quiera que haya gente, ahí tienen que estar los líderes políticos y sociales. ¿Haciendo qué?
La respuesta es sencilla, conversando, dialogando, colaborando en la solución de problemas comunitarios y personales, solidarizándose con las causas justas y dando ejemplo de buen ciudadano. Además, los líderes deben ser practicantes de la tolerancia y estar en capacidad de ceder la gloria cuando están en comunidades extrañas a las suyas.
En suma, un líder trascendente es el que dialoga y ve el “loco del parque”, el mendigo o las personas del servicio doméstico con respeto. Entonces, y solo entonces, estará en condiciones de dirigir y guiar un pueblo entero.
La práctica de los “líderes” nacionales de exportar e imponer líderes en las provincias, municipios, secciones y parajes debe ser extirpada de los partidos del siglo XXI.
Las preguntas son obligadas.
¿Están el PRD y el PLD dispuestos a retomar y replantear su práctica pasada?
¿El PRM, el PRSC, Alianza País y demás fuerzas partidarias están en condiciones de promover un liderazgo con estas características?
¿Y las organizaciones de carácter privado, empresariales, comerciales, ONG, sindicatos y un amplio arcoíris organizacional, quieren asumir esta tarea?
Quizás piensen que soy pesimista, pero en verdad dudo mucho que así sea.
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