Sepultan a María Onelia Mieses, la viuda del sindicalista Mauricio Báez, asesinado en La Habana por orden de Trujillo

Sepultan a María Onelia Mieses, la viuda del sindicalista Mauricio Báez

En una manifestación de duelo se convirtió ayer el sepelio de la señora María Onelia Mieses, quien fuera la viuda del legendario líder sindical dominicano, Mauricio Báez.

La señora Onelia Mieses, según se pudo establecer en los archivos históricos de Bayaguana, murió a la edad de 117 años, a pesar de que se observaba con bastante ánimo y ocasionalmente participaba en algunas actividades de la comunidad.

Los bayaguaneros lamentaron el fallecimiento de la notable dama, quien  durante muchos años vivió en el barrio denominado Los Cocos, rodeada siempre del cariño y la solidaridad de sus más cercanos familiares y amigos y olvidada por todos los gobiernos.

Su esposo, el líder sindical Mauricio Báez, fue secuestrado en La Habana, Cuba, en el año 1950, por agentes comandados, por Félix W. Bernardino, al servicio del tirano Rafael Leonidas Trujillo. Su cuerpo nunca apareció.

Báez dirigió la huelga azucarera del 7 de enero de 1946, cuando los obreros de La Romana y de San Pedro de Macorís se lanzaron a las calles en forma indefinida, exigiendo el aumento de sueldo y el cumplimiento de la jornada de trabajo de ocho horas. En esa lucha, estuvo el yumero Teódulo -Totolo- Guerrero, quien destacó como dirigente sindical portuario, en el muelle de San Pedro de Macorís, quien fue posteriormente asesinado por la dictadura.

Mieses, una luchadora social y comunitaria, enfrentó con energía las invasiones estadounidense de 1916 y 1965.

“De Onelia Mieses nos quedan grandes recuerdos y las presentes y futuras generaciones sabrán recordarla y valorarla en su justa dimensión, como un ser humano de extraordinarios episodios”, dijo el dirigente Isaac Ogando.

Valorada por sus hechos
Familiares, amigos y relacionados la definieron como un ser humano extraordinario, siempre una luchadora y muy solidaria con los sectores más necesitados de la sociedad. “Su muerte nos deja a todos un gran vacío; la sociedad bayaguanera acaba de perder un buen ser, una mujer extraordinaria, luchadora, emprendedora y siempre presta a los mejores interés de la sociedad”, expresó el dirigente comunitario Wilson Robles.

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