Emely: una espina en el corazón del país. Buscan el cuerpo, novio se confiesa culpable y madre estaría involucrada

Emely: una espina en el corazón del país

La desaparición de la joven Emely Peguero es una espina clavada en el corazón del país que trasciende el estado de consternación e indignación que ha causado entre los habitantes de las provincias Duarte y Hermanas Mirabal,  luego de la versión del fiscal de San Francisco de Macorís, Felipe Restituyo, de que el novio de la adolescente, Marlon Martínez, confesó haberla asesinado y que tiró su cuerpo en el vertedero de Hatillo, en San Francisco de Macorís.

Primero un mar de dudas y luego una ola de rumores desataron una “reacción en cadena en estas comunidades, en especial en Cenoví, donde residen los padres de Emely, que ayer fue escenario de protestas con encendidos de neumáticos, obstáculos en el tránsito y enfrentamiento con la Policía.

A pesar de la versión del fiscal, hasta anoche estaba abierta la interrogante de por qué Marlon mató a su novia y de qué forma lo hizo.

Todas las versiones apuntan a que el embarazo de cinco meses que tenía la desaparecida fue el motivo del hecho.

El nuevo elemento
El curso de los acontecimientos cambió radicalmente cuando las autoridades llamaron ayer para investigación a la madre del acusado.

Ella se presentó cerca de las 10:20 de la mañana, pero una hora después un juez le emitió una orden de arresto y quedó detenida.

Los fiscales aseguran tener suficientes pruebas de que la madre de Marlon Martínez está involucrada en el caso.

Los representes del Ministerio Público de las provincias Duarte y Hermanas Mirabal, Felipe Restituyo y Viterbo Mejía, respectivamente, dijeron que en las próximas horas se le conocerá medida de coerción a Mailen Martínez.

Mailen está recluida en la fortaleza Duarte, de San Francisco de Macorís, el mismo lugar donden está su hijo cumpliendo tres meses de prisión preventiva, pero la mujer fue llevada en horas de la noche al destacamento policial de Salcedo, hasta que se defina su situación.

A su llegada a la fiscalía Mailen Martínez dijo que ha puesto a su hijo “a la orden del Ministerio Público para que investigue lo que tenga que investigar, a la hora que lo tenga que investigar”.

Al ser cuestionada por varios periodistas sobre una posible complicidad con su hijo, se limitó a decir que hizo lo que tiene que hacer una madre.

“Es una situación muy difícil y quisiera que los medios la respetaran porque es algo muy tedioso”, señaló.

Antes el convencimiento de que su hija fue asesinada, los padres de Emelyn Peguero le realizan un velarorio en su residencia, en Cenoví.

Búsqueda frenética 
El acusado del asesinato fue conducido cerca del mediodía de ayer al vertedero de Hatillo, donde dijo haber tirado el cuerpo, pero las autoridades no lo hallaron. Además de los dos fiscales, en el lugar se encontraba la fiscal de Niños, Niñas y Adolescentes de la provincia, Ana Burgos, brigadas de la Defensa Civil y peritos de la Policía, que aún con perros rastreadores no dieron con el cuerpo.

Se calcula que hace unos ocho días tiraron el cuerpo en el vertedero y ha habido mucha remoción de escombros, lo que dificulta la búsqueda, dijo una de los investigadores para justificar el fracaso.

El fiscal Restituyo dijo que continuarán las investigaciones sobre el caso, y que volverán a buscar en el depósito de desechos sólidos de la comunidad.

La pista inicial 
El hecho que puso los ojos de las autoridades sobre Marlon y su madre fue el testimonio de Kelvin Jiménez, el guardián de un edificio, en San Francisco de Macorís, en uno de cuyos apartamentos reside la señora Martínez, y quien aseguró que observó a Marlon Martínez bajar con un saco, y posteriormente lo entró en el baúl de un vehículo, lo cual quedó registrado en la cámara de seguridad del condominio.

El vigilante señala que la señora Marlin observó el video captado por la cámara, y luego se puso las manos sobre cabeza. La menor, con cinco meses de embarazo, desapareció el miércoles 23 del cursante mes.

El reclamo
Ante la “indefinición” del caso, desde temprano en la mañana cientos de personas residentes en Cenoví salieron ayer a las calles a reclamar la profundización de las investigaciones, siendo dispersados por agentes policiales que lanzaron una gran cantidad de bombas lacrimógenas. La situación se repitió en horas de la noche, donde el tránsito quedó obstaculizado. Los familiares de la joven dijeron tener miedo de que el caso quede impune.

“Esperamos que un crimen así no quede impune, porque simplemente un político quiera acabar con la vida de dos niños, una de 16 y otros de cinco meses que tenía en la barriga”, dijo el padre de la joven.

“Ellos no saben el dolor que nos han causado”, agregó.

Los fiscales, auxiliados por agentes policiales se traslaladaron ayer al vertedero de Hatillo en busca del cuerpo, pero no lo hallaron.

El origen 
De confirmarse la muerte de la joven, este hecho también significaría la división de dos familias que tenían vínculos desde hace años.

“Ese muchacho (Marlon) fue criado aquí. Ese muchacho era la confianza de la casa; cuando ellos se iban para afuera lo dejaban en esta casa”, refirió ayer el padre en la casa en que residía la joven, en donde su muerte ya se da como un hecho consumado, pues hasta un altar, con sus velas, ya le tienen instalado.

Casi al frente de la residencia se encuentra la vivienda del padrastro de Marlon.

Carrera truncada 
Según sus familiares, la joven ahora cursaría el tercero de bachillerato y deseaba estudiar la carrera de derecho “para defender a los inocentes”. Era una joven extrovertida y líder entre sus amigas.

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