El 90% de los asesinatos de mujeres consumados durante la semana pasada fueron cometidos por sus exparejas que se resistían a la idea de que las víctimas rehicieran sus vidas.

Y aunque se trata de una problemática en la que inciden distintos factores, la ministra de la Mujer, Janet Camilo, afirma que es esencialmente el resultado de una cultura machista fuertemente arraigada en nuestra sociedad que promueve la superioridad masculina desde los primeros años de vida.

La funcionaria tiene la tesis de que los hombres están matando por miedo a la independencia de aquellas que se atreven a dejarlos y a embarcarse en otra relación.

“El hombre se niega a que la mujer rehaga su vida, entonces el hombre está matando por miedo a esas mujeres que ya no tienen miedo a tomar una decisión, a la independencia, a rehacer su vida, a retomar el timón de su vida”, subrayó. 

Resaltó que la dependencia económica juega un papel fundamental en los casos de violencia, pues tradicionalmente el hombre ha sido visto como el proveedor de la familia, sobre todo, en las capas sociales más bajas, que impiden a la mujer salir de una relación violenta ante la incertidumbre de no saber cómo mantener a sus hijos.

Camilo afirma que la presión económica explica porqué muchas veces las mujeres que someten ante la Justicia a sus agresores posteriormente negocian y optan por retirar la denuncia.

Los fines de semana aumentan las denuncias de agresiones

Otros factores que inciden en la violencia machista tienen que ver con el uso de drogas y alcohol. En ese sentido, la ministra revela que los lunes suele incrementarse el número de denuncias de agresiones en las fiscalías y lo explica con el siguiente ejemplo:

“El lunes hay más denuncias porque el hombre llegó y se bebió todo el dinero, y la mujer le peleó porque no tiene con qué darle de comer a los hijos, entonces él pelea y al final le da un trompón. Imagínese lo mal que una se debe sentir cuando a las 12:00 o una de la noche le llega el marido y usted sin tener para cocinar, a veces sin nada en la nevera, sin un peso, y aparte de eso llega tardísimo. Ahí se produce una situación difícil y el hombre generalmente resuelve con violencia”, dijo.

Indica que si bien el uso de estas sustancias por sí solas no incide en el problema, son un vehículo que facilita la explosión de emociones violentas.