Heberto Giordano Castillo rememora temple revolucionario de Eberto Lalane José
Por Heberto Giordano Castillo
Ahora que los valores y principios se esfuman como el viento. Ahora que nuestra democracia se ve amenazada por un grupo de traidores a la patria, vale la pena recordar aquellos pro hombres, que, con una determinación inquebrantable, se inmolaron por su pueblo.
Lalane José fue uno de los pocos revolucionarios que se mantuvo leal a la figura del Coronel Caamaño. Ante las disidencias, traiciones, filtraciones, contradicciones de algunos miembros de los grupos revolucionarios, Heberto siempre se mantuvo fiel al coronel.
Su discapacidad física, ocasionada al estallarle una bomba y dejarlo manco/tuerto, consolidó su figura y su espíritu revolucionario. Su muerte se produce en el año 1973, luego del desembarco en playa Caracoles, por el régimen que asesinó la crema innata de nuestros mejores hombres. Fue asesinado durante el gobierno de Balaguer.
Llevar su nombre es un gran compromiso. Le pido a Dios la fortaleza para no claudicar ante las tentaciones; firmeza para emular su ejemplo. Le pido a Dios salir del sistema capitalista individual y entrar a un sistema más colectivo, social e incluyente.
En estos tiempos de desesperanza e injusticia social, dónde muchos hombres llamados a defender la nación, son pesados en las básculas del gobierno para determinar su precio, se imponer recordar estos héroes.
La posición debe ser vertical. Admirar estos grandes hombres y alabar a los que se enriquecen ilícitamente es practicar la moral en calzoncillos.
Ya lo dijo Martí: «Si no luchas, ten al menos la decencia de respetar a quiénes si lo hacen»
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