Partidos minoritarios en el limbo o ¿los partidos chiquitos no tienen vela en este entierro?

 

 Por Miguel Ángel Cid Cid

En estos días de desasosiego, un amigo llegó a mí casa y preguntó: ¿Miguel, qué cree usted que pasará con esta gente? ¿Lo condenaran o lo dejaran libre? El amigo no me dio tiempo a decir nada, “yo creo, que de este tiro hasta el PRM se va de paro”, se respondió sin titubeo. En verdad, es impredecible el desenlace del proceso judicial desatado con el sometimiento de los sobornados por Odebrecht. Las ramificaciones políticas y sociales, son tan fuertes que podrían arrasar con el sistema de partido completo, incluso los minoritarios.  

En sí, muchos dirán que los partidos chiquitos  no tienen vela en este entierro, y tienen sus razones. Ahora, en política hasta para quedarse callado hay que ser inteligente. Es precisamente inteligencia lo que le falta a los líderes de estas organizaciones política.

En verdad, el rol principal de un partido político consiste en encontrar las técnicas más creativas para conquistar el favor de los ciudadanos al momento de votar. Como los partidos mayoritarios disponen de recursos sobrados, los minoritarios deben hacer magia para marcar la diferencia con la menor inversión posible. En tal sentido, fijarse en los demás conglomerados partidarios solo se justifica si la intención es superarlos.

En consecuencia, ver a los líderes de estas organizaciones minoritarias participando en la Marcha Verde está muy bien. Lo que pinta de muy mal gusto es observar la intención oportunista de querer capitalizar políticamente el trabajo de otros.

¿A caso el objetivo de los dirigentes de Alianza País en la Marcha Verde, es otro que no sea el de presentarse como los paladines de la anticorrupción? Esa es una intención que todos ven a leguas.

En efecto, el discurso del Frente Amplio, Alianza por la Democracia, Opción Democrática, entre otros, consiste en contrariar “la dictadura de la impunidad”. Tener este propósito “metido entre ceja y ceja” hace imposible ver las oportunidades que el nuevo contexto le presenta.

Para colmo, Guillermo Moreno de Alpaís y Max Puig de APD salieron públicamente en defensa de la honestidad de Andrés Bautista y Luis Abinader. Bautista fue condenado a prisión preventiva por los sobornos de Odebrecht, y Abinader se menciona como posible beneficiado, ambos son altos dirigentes perremeistas. Que quede claro que, como acto de solidaridad y apoyo a un amigo está bien. Ahora, esto dista mucho de una proclamación de inocencia.

¿Sera que Puig y Moreno, perdieron de vista que la inocencia o culpabilidad de un imputado, la decide el tribunal bajo la sentencia del juez? ¿Qué hacen estos líderes “emergentes” metidos en pleitos de otros? El dicho de la sabiduría popular es aleccionador, “no le eches grasa a puerco gordo”.

En consecuencia, el objetivo de APD, OD, y Alpaís está en divisar el camino que puede conducirlos a que el electorado los perciba como partidos con vocación de Poder. Está clarito que concretizar una tarea de esta magnitud, deja poco espacio para alimentar la ensaña puesta en destruir al gobernante PLD.

En tanto, la invitación se dirige a que estos partidos políticos se concentren en mirarse a sí mismos en el contexto presente. Sin olvidar, la lucha campal contra el flagelo de la corrupción y la impunidad. En consecuencia, propugnamos por el fortalecimiento institucional y objetivos coherentes con la realidad. Es imperativo, estar preparados para aprovechar la oportunidad cuando llegue el desbarajuste morado.

Señores y señoras de Alianza por la Democracia, Alianza País, Frente Amplio y Opción Democrática, es tiempo de salir día y noche a hacer contacto con la gente. Es necesario que, en el barrio, el campo, la urbanización, el residencial, la torre, la gente se tope tanto con ustedes que terminen creyendo que son vecinos. Solo así no le serán extraños a la hora del “none”.

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